AGENCIA
Nacional.- En los últimos meses, las redes sociales han viralizado contenidos que abordan temas sociales graves, entre ellos el de la drogadicción, pero con un enfoque humorístico que ha provocado más controversia que reflexión. Un ejemplo reciente es el fenómeno de la “patrulla espiritual”, donde un grupo de personas se graba forzando a individuos en aparente estado de adicción a ser internados en centros de rehabilitación. Este tipo de contenido, que se difunde rápidamente en plataformas como TikTok y Facebook, trivializa un problema creciente en el país: la drogadicción y sus consecuencias devastadoras para miles de familias mexicanas.
Las cifras oficiales proporcionadas por la Secretaría de Salud reflejan un aumento alarmante en los tratamientos por consumo de sustancias alucinógenas, con un incremento de hasta el 400 por ciento (%) entre 2013 y 2023. Este aumento es reflejo de la expansión de la problemática, que no solo afecta a zonas marginales, sino que también ha invadido calles, escuelas, universidades, centros de recreación y hasta espacios turísticos y laborales en todo el país.
José Manuel Castrejón, director del Centro de Estudios Superiores Monte Fénix (CESMF), advirtió sobre la falta de recursos, profesionales y centros de atención adecuados para hacer frente a este problema creciente. “El problema está aumentando rápidamente, pero las soluciones no están llegando. En pocos años nos estará rebasando, y veremos situaciones catastróficas como más accidentes, más personas intoxicadas y un aumento de la inseguridad”, expresó Castrejón.
El fenómeno de la “patrulla espiritual” ha sido uno de los ejemplos más recientes que han generado revuelo en las redes. En estos videos, personas se acercan a individuos con comportamientos evidentes de drogadicción o alcoholismo y, a menudo de forma agresiva, los trasladan a un centro de rehabilitación. Aunque estas intervenciones pueden ser legales bajo ciertas circunstancias, la falta de protocolos adecuados y supervisión médica aumenta los riesgos, especialmente cuando los internos experimentan el síndrome de abstinencia sin la debida atención.
El gobierno federal, a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), ha clausurado en el último año 44 centros de rehabilitación que no cumplían con las normativas necesarias para garantizar la seguridad de los pacientes. Sin embargo, la falta de una estrategia integral que atienda tanto la prevención como la atención especializada sigue siendo uno de los principales desafíos.
El consumo de drogas está vinculado a una serie de factores sociales y culturales que necesitan ser abordados desde sus raíces. Según Castrejón, la promoción de valores hedonistas a través de las redes sociales, como la exaltación de una vida de placer y consumismo, ha sido uno de los principales impulsores del consumo de sustancias, especialmente entre los jóvenes. “Vivimos en una cultura del hedonismo, donde se rechaza el sufrimiento y se exalta la búsqueda constante de placer. Esto lleva a los jóvenes a buscar una solución rápida a sus problemas emocionales a través de las drogas”, comentó.
Además de la problemática social, el consumo de sustancias como el éxtasis y las metanfetaminas también ha incrementado en paralelo con el aumento de la violencia y la inseguridad en el país, lo que subraya la urgencia de una respuesta coordinada entre instituciones gubernamentales, sociales y educativas para abordar el problema.
En este contexto, el CESMF llevará a cabo el próximo 14 de noviembre un simposio sobre adicciones y nuevas sustancias, en el Museo de Antropología, donde se discutirán a fondo las causas, consecuencias y posibles soluciones para este creciente problema.
En cuanto a los internamientos involuntarios, como los que han sido viralizados a través de los videos de la “patrulla espiritual”, Castrejón destacó que, aunque estos procedimientos pueden ser efectivos si se hacen correctamente, es esencial que estén liderados por profesionales capacitados y bajo un marco legal y ético. “Es importante que las intervenciones se hagan con preparación y especialización, no de manera agresiva ni sin supervisión médica, porque esto puede poner en riesgo la vida de las personas”, concluyó.
El aumento de la drogadicción en México es una problemática que ya no puede ignorarse. La solución no solo requiere atención urgente en cuanto a recursos y tratamientos, sino también un cambio en las dinámicas sociales y culturales que favorecen el consumo de drogas. La creciente presencia de este fenómeno en las redes sociales y la trivialización del sufrimiento de los adictos solo refleja la magnitud del problema, que cada vez más, es asunto de todos.