AGENCIA
Veracruz.- Durante los últimos seis años, el estado de Veracruz ha enfrentado una grave crisis de violencia que ha dejado una profunda huella en la sociedad. A pesar de las promesas del gobernador Cuitláhuac García Jiménez de “serenar” la entidad, el derramamiento de sangre continúa sin control. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se han registrado 6 mil 774 homicidios en este periodo, siendo la región sur la más afectada.
Uno de los municipios que más ha padecido esta ola de violencia es Coatzacoalcos. De acuerdo con el Observatorio Ciudadano, los homicidios dolosos en la ciudad se dispararon un 266.67 por ciento (%) en comparación con el año anterior, cerrando septiembre con 11 asesinatos solo en ese mes, según reveló Renato Rivera, director de la organización a Milenio Noticias.
La extorsión se ha convertido en otro flagelo que aqueja a los comerciantes locales. El año pasado, más de 2 mil 500 establecimientos reconocieron haber sido víctimas de este delito, pagando el temido “derecho de piso” a grupos criminales. Rivera indicó que “el 90% de los encuestados afirma que la extorsión es un gran obstáculo para emprender un negocio en Coatzacoalcos”. Los empresarios que se niegan a ceder a las exigencias enfrentan represalias brutales, incluyendo la quema de sus negocios.
Un caso emblemático ocurrió el 7 de julio, cuando dos restaurantes fueron incendiados como castigo por no pagar las cuotas exigidas por el crimen organizado. El restaurante Langostinos, ubicado en la colonia Puerto México, fue reducido a cenizas, y el bar La Bocana sufrió un ataque con bombas molotov. Afortunadamente, no hubo víctimas mortales en estos ataques, pero el mensaje de violencia fue contundente: no hay seguridad para nadie.
Los empresarios afectados han pedido insistentemente al gobernador Cuitláhuac García la creación de una unidad policial especializada en combatir la extorsión. Sin embargo, esas demandas han caído en el olvido. “El gobernador se comprometió a implementar una estrategia integral contra la extorsión, pero nunca lo hizo”, lamentó Rivera.
La situación ha transformado el malecón de Coatzacoalcos, que antes era un símbolo de prosperidad, en un paisaje desolado, con más de 50 negocios cerrados debido al miedo. Muchos empresarios han optado por abandonar la región o incluso el país para proteger a sus familias, dejando atrás casas vacías que son testigos del impacto devastador de la criminalidad. Al menos 50 propiedades han sido abandonadas, con sus dueños huyendo incluso al extranjero ante la creciente extorsión y violencia que azota la zona.