De la Redacción
El Buen Tono
Cosolapa.- El municipio registra una crisis de inseguridad sin precedentes, los habitantes se encuentran sin observar soluciones reales de la administración municipal que preside Patricia Páez Franco, y los miembros de su cabildo.
La “ola” de robos y asaltos afectó a los ciudadanos, pero también a los comerciantes, quienes sufren pérdidas económicas constantes y graves consecuencias para sus negocios.
La situación es tan alarmante que muchas empresas y proveedores decidieron dejar de arriesgar más su patrimonio y optaron por cancelar el surtido de productos al municipio.
La indiferencia de las autoridades ante la creciente inseguridad generó molestia y desesperanza entre la población, que se siente abandonada y desprotegida de la autoridad.
La administración de Páez Franco limitó sus esfuerzos a medidas de bajo impacto, sin implementar un plan integral que recupere la seguridad en las calles.
Lo anterior provocó que los comerciantes prefieran retirarse de la zona antes que arriesgarse a ser víctimas de un asalto más.
Es preocupante que la administración municipal se niegue a reconocer la gravedad del problema, dado que la falta de seguridad afecta la economía local, así como la calidad de vida de los habitantes.
Sin la presencia de empresas dispuestas a surtir productos, el mercado local se debilita y se profundiza la crisis, acentuando el rezago económico.
Mientras los ciudadanos y empresarios reclaman respuestas efectivas, la alcaldesa y su cabildo permanecen en silencio, e ignoran el impacto social de sus omisiones, lo que también es corrupción.
La necesidad de un cambio en la estrategia de seguridad es urgente para garantizar que Cosolapa vuelva a ser un lugar seguro y atractivo para las inversiones y el comercio en general.