AGENCIA
Nacional.- El reciente envío de cerca de 400 mil barriles de petróleo a Cuba por parte del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha suscitado fuertes críticas, especialmente en un contexto donde muchos mexicanos enfrentan dificultades económicas y energéticas. A pesar de las justificaciones humanitarias ofrecidas por la jefa del Ejecutivo federal, la decisión de priorizar la ayuda a otro país genera inquietud sobre las prioridades de su administración.
En una conferencia de prensa, Sheinbaum defendió el apoyo a la isla caribeña, alegando que el gobierno mexicano no está a favor del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a Cuba. Sin embargo, resulta preocupante que el gobierno mexicano destine recursos significativos a un país extranjero mientras muchos ciudadanos mexicanos continúan lidiando con problemas de abastecimiento y altos costos de energía.
La presidenta señaló que, si bien 400 mil barriles no representan ni la producción diaria de México, que oscila entre 1.6 y 1.8 millones de barriles, es crucial preguntarse si este gesto de solidaridad debería ser la prioridad del gobierno en lugar de garantizar el bienestar de sus propios ciudadanos. Las necesidades internas, especialmente en tiempos de crisis económica, deben ser la primera preocupación de cualquier administración.
Además, la decisión de enviar petróleo a Cuba podría interpretarse como una falta de atención a las crisis que enfrentan diversas comunidades en México. En lugar de centrar sus esfuerzos en el apoyo humanitario al extranjero, el gobierno debería enfocarse en fortalecer la economía interna y proporcionar asistencia a aquellos que realmente lo necesitan.
Esta acción del gobierno federal, lejos de ser un acto de solidaridad, pone de manifiesto una desconexión entre las prioridades de la administración y las realidades que enfrentan los mexicanos. En un momento donde la atención debería estar dirigida hacia el bienestar de la población, resulta desconcertante ver cómo se desvían recursos hacia la ayuda a otro país.