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Papaloapan.- La mañana del miércoles trajo consigo el desenlace que familiares y amigos temían: el río Papaloapan devolvió los restos de Gregg Calvo Morteo, el joven que había desaparecido una semana antes mientras repartía despensas en la localidad de San Francisco Oyozontle, en el municipio de Cosamaloapan. Desde el 24 de octubre, el día de su desaparición, la comunidad y su familia se aferraron a la esperanza en medio de un operativo exhaustivo que recorrió el río, día tras día, sin descanso.
La última imagen de Gregg, compartida en redes sociales la semana pasada, se convirtió en un retrato doloroso. Su rostro sonriente, captado antes de caer al río, permaneció como un símbolo de sus esfuerzos y la generosidad que caracterizaban su labor. Esa misma red de familiares y amigos fue la que, con profundo dolor, confirmó el hallazgo, un anuncio que inundó los espacios virtuales con mensajes de solidaridad y condolencias.
Hoy, las oraciones de quienes lo conocieron se vuelcan en memoria de Gregg, expresando su pesar y el deseo de que encuentre descanso. Para su familia, el río ha cerrado un capítulo doloroso, aunque el recuerdo de su dedicación permanecerá en cada rincón de quienes lo apreciaron y en la memoria colectiva de una tragedia que enluta a la región.