México.- El sacerdote de la diócesis de Apatzingán, Michoacán, Gregorio López Jerónimo aseguró que la muerte de su “tocayo”, Gregorio López Gorostieta, en Ciudad Altamirano fue sin lugar por la “denuncia contra el cartel de
Guerreros Unidos”.
En entrevista, el padre Gregorio López afirmó que es muy fuerte la situacion que se vive en Guerrero así como en Michoacán.
“Aunque aquí en Michoacán estén diezmados no dejamos de estar fuertes en contra del cártel de los Templarios porque sí quedan secuelas. En Apatzingán, a mí no me han perdonado y puede suceder algo porque ayudamos a derrotar esta máquin asesina”, afirmó.
El sacerdote insiste que no está exento de correr con la misma suerte que su homólogo, “porque el padre Goyo también fue
capaz de levantar la voz”.
El sacerdote se dijo preocupado de que el Episcopado no haya alzado la voz, pues no ha sido tan contundente en denuncias como debiera hacerlo, y consideró que faltan
más acciones.
“Yo invitaría al Episcopado a que tome acciones más claras. Han sido más prudentes que valientes y creo que hay que saber combinarlo”, mencionó.
Gregorio López pidió no dejar impune este asesinato, así como el de otros tres sacerdotes más muertos en esa misma Diócesis, donde actualmente se ha llegado a un deterioro de los valores.
“Que no se quede impune, que no se quede la gente sólo rezando. Hemos
perdido el rumbo, la sensibilidad; las cosas se hicieron para usarse y los humanos para amarse. Hoy se aman las cosas y se usan las personas. Hemos llegado a un deterioro de valores que ya no valoramos la vida. Hoy se usan las personas, toda la guerra de los carteles, la búsqueda voraz de tener de amar el dinero por sobre todas las
cosas. Hemos perdido el rumbo”, sentenció.
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