KAT BROWN
I
La Claustrina Saltarina hace burla del poder público destinado a servir al poderoso obligado y/o con su complicidad aplicando variadas recetas manipuladoras, destacándose “EL GATOPARDISMO”, que significa: “cambiarlo todo para que todo siga igual”.
El último sexenio ejemplifica su certeza, así como el autollamado “segundo piso, de la 4ª Transformación”.
Giuseppe Tomasi de Lampedusa, genial visionario italiano toma nota en su novela El Gatopardo (1957) de acuerdos entre mafiosos sicilianos, para mantener férreo poder al cabo del tiempo: “…si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie…”
AL POSTRE, NATIVOS LE CORRIGEN LA FRASE
Seis años de ensueños mañaneros no pudieron ocultar el doblete de la deuda nacional, ni la multiplicación de pagos por su interés bancario, más billones esfumados en nombre del pueblo pobre, y muchos más transferidos a capitalistas afectados por estropicios, dejando fiambres con manos vacías en vez de taparrabos. ¿Primero los pobres? ¡Claro, si no, de dónde brotan los ricos?
Doce años bastaron a la nueva generación de políticos de oficio afiliados a gobiernos de bienestar perfilados por el Fondo Monetario Internacional, FMI, relevando desechados políticos neoliberales. Así, opositores minoritarios del PRI, PAN, PRD han pasado a ser opositores necesarios de su versión cantinflesca perversa: “…hay que cambiarlo todo mi chato, para seguir igual de peor que antes”.
LA CLAUSTRINA SALTARINA
El acontecer nacional presente es muestra de ideologías sembradas, cultivadas, arraigadas y cosechadas por férreos conductores de pueblos sometidos vestidos de carquis, como calcan sus lamentosas calacas tristes.
En la imagen, sus personajes principales, el texto escrito, así como la escenografía representan íconos históricos: la Calavera Garbancera de José Guadalupe Posada, grabada en 1873 (renombrada por Diego Rivera como “La Catrina”, por ser esposa del “Catrín”), la Estatua de la Libertad, las siglas del FMI, la tarima del ejecutivo utilizada para sus discursos mareantes posada sobre una banda presidencial lingual trenzada, pautando la vida nacional perlada de Halloween´s y de Todos los Santos, muertos, agónicos y sobrevivientes verdaderos.
PUNTO DE
COMPARACIÓN
José Posada ideó su calavera garbancera (ruda, grosera, pendenciera, malcriada, descortés) para criticar la costumbre de personajes de su época obstinados en ataviarse y comportarse como damas europeas serviles, vestidas con sombrero francés y plumas de avestruz, mientras sus sirvientas se afanaban por imitarlas.
De tono burlesco vigente sobre aconteceres cotidianos, la sátira crítica del eminente Posada trasciende futuros motivando la creatividad social siempre renovada, ilimitada: vea en páginas de internet miles de dibujos, vestuarios y actores, invocándola.
En hora buena y gracias al ilustre Posadas, quien en su tiempo dedicó su talento a denunciar, oponerse, y, contrastar el autoritarismo típico de quienes orlan su autoridad rodeándose de gente sin identidad, sin nacionalidad, sin escrúpulos. Como es el hoy ridículo “Lord Molécula”.
La alienación sociocultural no es un misterio, ni cae del cielo; la enajenación inducida en las costumbres y gustos es recurso maniqueo de quienes blindan sus privilegios. Seguirán haciéndolo siempre que puedan: como sucede con los festejos anuales entorno de los muertos, acostumbrados por mexicanos y latinoamericanos.
(CONTINUARÁ)