El Departamento de Estado de EE.UU. ha autorizado la venta de tres paquetes de armas a Taiwán, valorados en 1.988 millones de dólares, una transacción que representa la mayor venta de armamento aprobada durante el mandato de Joe Biden a la isla. La presidenta de Taiwán agradeció al Gobierno estadounidense y subrayó que este refuerzo en defensa es clave para “mantener la estabilidad regional”.
Esta nueva adquisición incluye sofisticados sistemas de radar AN/TPS-77 y AN/TPS-78, así como el avanzado Sistema Nacional de Misiles Tierra-Aire (NASAMS), junto con 123 misiles aire-aire, los mismos utilizados en el conflicto en Ucrania. Este paquete de defensa, según la Agencia de Cooperación para la Seguridad de la Defensa (DSCA), busca fortalecer las capacidades defensivas de Taiwán, alineándose con los intereses de seguridad y estabilidad de EE.UU. en la región del Indopacífico.
La respuesta de China no se hizo esperar. Un día después, Pekín anunció sanciones contra nueve empresas estadounidenses del sector de la Defensa, incluyendo a Sierra Nevada y Cubic, como represalia por la venta de armas. La relación entre China y Taiwán es compleja y uno de los principales puntos de tensión en el escenario geopolítico actual. Pekín considera a la isla una provincia rebelde y no ha descartado el uso de la fuerza para “reunificar” el territorio.
Con esta venta, la administración Biden reafirma su compromiso de apoyo a Taiwán, mientras las relaciones entre Washington y Pekín se vuelven cada vez más frágiles. La situación continúa siendo observada con preocupación por la comunidad internacional, dado el riesgo de un posible conflicto armado en el estrecho de Taiwán.
