De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- El pasado fin de semana, la ex alcaldesa de Córdoba, Leticia López, fue vista disfrutando de una comida en los portales de la ciudad, en plena calma, como si las graves observaciones del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) no pesaran sobre su gestión.
Este acto no sólo refleja la total impunidad con la que se mueve la ex funcionaria, sino también la indignación creciente entre la ciudadanía, que sigue esperando respuestas y, sobre todo, justicia por los 107 millones de pesos que fueron robados en 2021 durante su administración.
Lo más alarmante es que, a casi tres años de que se destaparon estas irregularidades, ni Leticia López ni ninguno de los integrantes de su gobierno ha rendido cuentas ante la ley.
Ni un peso de lo señalado por el Orfis ha sido devuelto al erario, y mucho menos ha habido responsables tras las rejas.
Mientras tanto, los habitantes de Córdoba continúan enfrentando problemas en la infraestructura y servicios básicos que podrían haberse atendido con los recursos robados.
Este escenario se suma a la impunidad que parece ser norma en el estado de Veracruz, donde políticos como Leticia López y otros, como el ex minigobernador Miguel Ángel Yunes Linares, pasean tranquilamente, sin asumir ninguna responsabilidad por los daños ocasionados durante sus gestiones.
Para muchos cordobeses, ver a López Landero relajada y disfrutando en los portales, es un recordatorio penoso de cómo las promesas de justicia y rendición de cuentas siguen siendo vacías.
El hecho de que, hasta la fecha, no haya habido consecuencias legales ni un proceso claro para recuperar los millones desviados, es una señal de que en Córdoba, la corrupción y la impunidad todavía tienen un lugar preponderante.
