El mundo del béisbol está de luto tras la noticia del fallecimiento de Fernando Valenzuela, el histórico ex lanzador mexicano de los Los Angeles Dodgers, quien murió a los 63 años luego de haber sido hospitalizado. La triste noticia fue confirmada por la MLB a través de sus redes sociales, expresando su profundo pesar: “Estamos profundamente entristecidos de enterarnos del fallecimiento del ex grande de los Dodgers Fernando Valenzuela”.
Valenzuela, conocido cariñosamente como “El Toro”, se ganó un lugar en los corazones de los fanáticos del béisbol por su destacada trayectoria en la MLB, donde jugó 17 temporadas, marcando una era con su estilo inconfundible y un impacto que trascendió el deporte. El icónico jugador mexicano, nacido en Etchohuaquila, Sonora, inició su carrera en la liga profesional en México antes de firmar con los Dodgers en 1979. Su ascenso fue meteórico, y en 1981, bajo la dirección de Tommy Lasorda, comenzó a escribir su historia como leyenda de las Grandes Ligas.
La noticia de su hospitalización fue revelada el 30 de septiembre por el periodista deportivo David Faitelson, quien a través de sus redes sociales mencionó que el ex lanzador había sido ingresado a un hospital en Los Ángeles, sin dar más detalles sobre su condición. “Rezamos por su pronta recuperación”, expresó Faitelson en su momento, reflejando la preocupación generalizada por la salud de Valenzuela, quien había decidido mantener en privado su lucha contra la enfermedad.
El legado de Valenzuela va mucho más allá de sus impresionantes estadísticas en el campo. Durante su tiempo con los Dodgers, desató la famosa “Fernandomanía”, un fenómeno que capturó la atención de millones de fanáticos, no solo en Estados Unidos, sino también en su natal México. Su estilo de lanzar, con ese peculiar giro hacia el cielo antes de cada lanzamiento, lo convirtió en una figura única y adorada.
El año pasado, el Dodger Stadium fue testigo de un homenaje conmovedor cuando el equipo decidió retirar el número 34 que Valenzuela usó durante su carrera, en una celebración que duró tres días, reafirmando su estatus como uno de los grandes ídolos del equipo.
Su partida marca el final de una era, pero su impacto perdurará en el tiempo. Fernando Valenzuela no solo fue un símbolo de excelencia deportiva, sino también un embajador del talento mexicano en el más alto nivel del béisbol mundial. La “Fernandomanía” seguirá viva en la memoria de aquellos que lo vieron lanzar y de las generaciones que continuarán recordando su grandeza.
