AGENCIA
Sonora.- En los últimos meses, el crimen organizado ha profundizado su incursión en la explotación minera en el noroeste de Sonora, lo que ha agravado el desplazamiento forzado de rancheros, campesinos y habitantes de vastas regiones, particularmente en los municipios de Pitiquito y Santa Ana. Inicialmente, las víctimas creían que los hombres armados abrían rutas para el narcotráfico, pero la realidad fue otra: despojan violentamente a la población de sus tierras ricas en oro para explotarlas ilegalmente.
Sonora, líder en la producción minera nacional, es especialmente atractivo para los grupos delictivos debido a su riqueza en oro, que ha convertido a esta actividad en uno de sus principales objetivos. El pasado 3 de octubre, un operativo conjunto de la Secretaría de Seguridad Pública, la Secretaría de Marina, la Fiscalía General de la República (FGR) y la Agencia Ministerial de Investigación Criminal desalojó a un grupo criminal que explotaba clandestinamente un yacimiento en La Ciénega, Pitiquito. Las autoridades confiscaron maquinaria pesada y equipo de extracción, tras meses de investigación y vigilancia.
Víctor Hugo Enríquez, titular de Seguridad en Sonora, señaló que los habitantes y dueños de la mina habían sido previamente desalojados, pero ahora, tras el operativo, se ha recuperado el control de la zona. Sin embargo, admitió que este no es un caso aislado y que existen otras áreas en el estado con situaciones similares. En la región de La Ciénega, las autoridades recuperaron ocho ranchos ganaderos y agrícolas que habían sido ocupados por criminales.
El desplazamiento forzado también ha afectado a los habitantes del ejido El Claro, en Santa Ana, donde grupos armados han despojado a los residentes de sus tierras. Aunque las autoridades, como el delegado de la FGR en Sonora, Francisco Sergio Méndez, han negado el fenómeno, testimonios de las víctimas aseguran que los pistoleros buscan lucrar con la explotación de minerales, no abrir nuevas rutas de tráfico.
Los grupos del Cártel de Sinaloa, como Los Salazar, Los Páez y Los Jabalíes, están en constante disputa por el control de estas zonas mineras, sumando la minería ilegal a su historial delictivo. Aunque expertos en minería afirman que la extracción de oro requiere alta especialización e inversión, los grupos criminales están intentando lucrar con esta actividad. Además, el cobro de piso y los asaltos a mineras, tanto nacionales como internacionales, se han convertido en otra fuente de ingresos para estos grupos.
Uno de los ejemplos más notorios fue el robo en la mina Noche Buena de Caborca en 2015, donde más de 20 hombres armados robaron 300 kilos de oro valorados en 172 millones de pesos. Este crimen sigue sin resolverse.
No se vayan tan lejos, también pasa en Bahía de Kino. (Playas de Kino), se quedan con los terrenos. ¿Y de todo lo que despojo Enrique Martínez Mondaca cuándo se va a decir algo?
En Sonoyta hallaron un narcocampamento con antena de telecomunicaciones; también hay cuatro células que se disputan la zona. En el municipio fronterizo operan células delictivas como “Los Salazar”, “Los Rusos”, “Los Deltas” y “Los Pelones”.
