En el corazón de Inglaterra, la Torre de Londres se alza como uno de los sitios históricos más emblemáticos. Sin embargo, más allá de sus robustos muros y su fascinante historia, existe una antigua leyenda que la envuelve en un halo de misterio: los cuervos que habitan en la torre son los guardianes de la monarquía inglesa. Se dice que si algún día abandonan el lugar, la corona y la torre caerán.
Esta creencia se remonta al reinado de Carlos II (1660-1685), quien, tras ser advertido de esta profecía, ordenó la protección de estas aves negras. A pesar de las protestas de su astrónomo John Flamsteed, quien alegaba que los cuervos interferían con su observatorio en la Torre Blanca, la voluntad del rey prevaleció, y desde entonces, estos guardianes alados se han convertido en una parte esencial del paisaje de la torre.
En la actualidad, seis cuervos residen en la Torre de Londres, pero en los últimos dos años, la leyenda ha vuelto a cobrar vida de manera inquietante. Tres de los cuervos han fallecido, lo que ha generado preocupación entre los fieles a esta creencia. Erin, una joven cuervo, murió en agosto de 2022, seguida por Gripp en 2023 y más recientemente Rex, en septiembre de 2024. Rex, cuyo nombre significa “rey” en latín, fue nombrado en honor al monarca Carlos III, quien se encargaba personalmente de alimentar a las aves, según contó el “Ravenmaster” Michael “Barney” Chandler.
Chandler, ex infante de la marina real y actual responsable del cuidado de los cuervos, ha asegurado que, mientras él esté a cargo, la cantidad de cuervos nunca bajará de seis, tal como dicta la tradición. “No sabemos si la profecía es cierta o no, porque nunca hemos dejado que el número baje de seis”, explicó. Esta misión ha sido parte de su labor desde que asumió el puesto de “Ravenmaster” en marzo de 2024, un cargo que, aunque oficialmente reconocido hace 50 años, tiene una historia mucho más antigua.
Además de proteger a los cuervos, Chandler pertenece a los Yeoman Warders, también conocidos como los Beefeaters, un cuerpo de veteranos militares que se encargan de la seguridad y las ceremonias en la torre. Bajo su cuidado se encuentran los cuervos Jubilee, Harris, Poppy, Georgie, Edgar, Branwen y un “repuesto” para evitar cualquier riesgo a la corona.
Aunque los cuervos tienen las plumas recortadas para evitar que se alejen, su comportamiento sigue siendo impredecible, y es precisamente esta naturaleza lo que hace su cuidado tan fascinante. “Nunca se sabe lo que van a hacer. Todos son completamente diferentes en cuanto a personalidad”, afirmó Chandler.
Hoy en día, la Torre de Londres es una popular atracción turística, hogar de las joyas de la corona, pero a lo largo de su historia ha servido como palacio real, prisión, arsenal e incluso zoológico. Construida por Guillermo I tras la conquista de Inglaterra en 1066, este monumento milenario sigue siendo testigo de la historia viva del Reino Unido, con sus cuervos vigilantes como un símbolo eterno de protección y tradición.