La película 007: Spectre, estrenada en 2015, no solo nos ofreció una de las secuencias más memorables de la saga de James Bond, sino que también cambió la manera en que se celebra el Día de Muertos en Ciudad de México. En la película, Daniel Craig, el icónico agente 007, aparece disfrazado de esqueleto junto a la actriz mexicana Stephanie Sigman, mientras ambos recorren las vibrantes calles del centro histórico de la capital. Lo que parecía un desfile lleno de color y música para celebrar la tradicional festividad mexicana en la pantalla, hasta ese momento, era completamente ficticio.
Dirigida por Sam Mendes, la secuencia inicial de Spectre muestra un impresionante desfile por el Día de Muertos, con enormes calaveras y esqueletos sobre carros alegóricos, personas enmascaradas y disfraces por doquier. Sin embargo, este desfile nunca había existido en la vida real. Fue a raíz del éxito de la película que las autoridades culturales y turísticas de México decidieron convertir esa fantasía cinematográfica en una nueva tradición.
Desde 2016, el desfile ha sido un evento multitudinario que atrae tanto a locales como a turistas. Este año, más de un millón de personas se congregaron en el centro de la ciudad para ser parte del espectáculo, el cual se ha convertido en un símbolo de la modernización y adaptación de las tradiciones mexicanas. La alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, celebró este éxito afirmando que “nuestras tradiciones están más vivas que nunca”.
Aunque algunos puristas, como el escritor y cronista Enrique Ortiz García, señalan que la esencia del Día de Muertos está en las ofrendas y la reunión familiar, también reconoce que las tradiciones evolucionan con el tiempo. Y este desfile es un ejemplo claro de cómo una cultura puede adoptar y transformar elementos externos, sin perder su esencia. Ortiz subraya que, aunque los desfiles y el maquillaje no son el núcleo de la festividad, estas innovaciones forman parte de la nueva realidad del Día de Muertos.
Lo que comenzó como un guion de Hollywood, hoy es una festividad que celebra tanto la vida como la muerte, recordando a los seres queridos, pero también ofreciendo una experiencia visual y cultural que cada vez cobra más relevancia a nivel internacional.