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Las flores comestibles en la gastronomía mexicana: Tesoros de sabor y color

Superiberia

AGENCIA

Nacional.- Las flores mexicanas no solo embellecen el paisaje con sus colores y aromas, sino que también enriquecen la cocina del país, aportando sabor y nutrientes a los platillos tradicionales. México cuenta con más de 130 plantas comestibles registradas, de las cuales más de 70 son flores aptas para el consumo humano, destacándose como uno de los países con la mayor variedad de flores comestibles en el mundo.

Entre las flores más utilizadas en la gastronomía mexicana, encontramos:

1. Flor de Calabaza: Esta flor es muy popular en los mercados y es comúnmente utilizada en quesadillas, donde se combina con queso y se aromatiza con epazote. Además de su uso en la cocina, la flor de calabaza es comestible en todas sus partes, incluyendo el fruto y los tallos.

2. Cempasúchil: Conocida por su papel en las ofrendas del Día de Muertos, el cempasúchil también tiene propiedades medicinales. Se utiliza en diversas recetas y mezcales. Además, es valorada por sus pigmentos anaranjados que se extraen para la elaboración de productos en varios países.

3. Caléndula: Esta flor se usa comúnmente para decorar ensaladas y otros platillos. Sus pétalos y hojas tiernas son comestibles y poseen propiedades que ayudan en la cicatrización de heridas y disminuyen la hinchazón en la boca y garganta.

4. Bugambilia: Con sus coloridas flores, la bugambilia es decorativa y comestible. Se utiliza en la medicina tradicional mexicana para tratar problemas respiratorios, y sus flores son frecuentemente preparadas en bebidas como el té.

5. Flor de Jamaica: Esta flor es popular en todo el mundo, especialmente en México, donde se usa para preparar refrescantes bebidas como el agua de jamaica. Además, contiene propiedades diuréticas y antihipertensivas, y puede ser guisada y utilizada en tacos.

6. Dalia: Declarada flor nacional de México en 1963, la dalia no solo es ornamental sino también comestible. Sus raíces y pétalos se utilizan en la gastronomía, ofreciendo versatilidad en la cocina.

El uso de estas flores en la cocina mexicana no solo agrega color y sabor a los platillos, sino que también resalta la riqueza cultural y gastronómica del país. En este contexto, la joven Ana María Dávila ha encontrado su vocación en el arte floral y la repostería con su proyecto Anaeva, donde combina flores artesanales de buttercream con un toque de amor y romanticismo.

Así, las flores mexicanas no solo son un deleite visual, sino también un ingrediente esencial en la rica tradición culinaria de México.

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