Este lunes, Corea del Norte volvió a lanzar globos con desechos hacia territorio surcoreano, un acto que coincide con la convocatoria de una importante sesión parlamentaria en Pionyang. En esta reunión, se prevé una revisión de la Constitución para eliminar referencias a la reunificación y redefinir las fronteras del país.
El Estado Mayor Conjunto (JCS) de Corea del Sur informó que los globos enviados podrían dirigirse a la provincia de Gyeonggi, que rodea Seúl, así como a algunas áreas de la capital. Desde mayo, el régimen norcoreano ha soltado más de 5,000 globos en respuesta a los envíos de propaganda realizada por activistas surcoreanos, en un claro intento de confrontar el mensaje del Sur.
Los medios norcoreanos no han cubierto el inicio de la sesión de la Asamblea Popular Suprema, lo que genera incertidumbre sobre cómo se comunicarán las enmiendas a la Constitución. Históricamente, los detalles de estos cambios legislativos han sido escasos y han tardado en conocerse.
La convocatoria de esta sesión parece ser parte de la agenda del líder Kim Jong-un, quien ha afirmado que los lazos con Corea del Sur son inexistentes desde hace cinco años, calificándolo como el principal enemigo nacional. Este cambio de postura oficializa un giro significativo en la estrategia diplomática que ha caracterizado a Pionyang durante más de tres décadas, cerrando la puerta a cualquier posibilidad de reconciliación o reunificación.
Los expertos advierten que la decisión de Kim de desestimar el diálogo y de definir unilateralmente las fronteras entre los dos Estados podría agravar aún más la tensión en la región, donde el ambiente de desconfianza y hostilidad persiste. Este nuevo enfoque plantea serias interrogantes sobre el futuro de la península de Corea y la estabilidad en el noreste asiático.
