Este lunes, la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo otorgó el prestigioso Premio Nobel de Medicina o Fisiología a los científicos estadounidenses Victor Ambros y Gary Ruvkun por su innovador descubrimiento del micro-ARN, una clase diminuta de moléculas que juega un papel esencial en la regulación genética.
El hallazgo de Ambros y Ruvkun, realizado en la década de 1980 mientras estudiaban el nematodo C. elegans, reveló un principio “completamente nuevo” que es crucial para el desarrollo y funcionamiento de organismos pluricelulares, incluyendo a los seres humanos. Según el Comité Nobel, el genoma humano codifica más de mil micro-ARN, lo que subraya la importancia de este descubrimiento en el contexto de la biología y la medicina.
Gunilla Karlsson, presidenta del Comité Nobel de Medicina, enfatizó en una rueda de prensa la necesidad de comprender las funciones básicas de estas moléculas, indicando que este entendimiento es el primer paso hacia su aplicación en tratamientos médicos. En la actualidad, muchos ensayos clínicos están en marcha, inspirados por los hallazgos de Ambros y Ruvkun, enfocados en el desarrollo de terapias para el cáncer y enfermedades cardiovasculares.
El proceso de regulación genética, que va del ADN al ARN mensajero (ARNm) y, posteriormente, a la producción de proteínas, ha sido objeto de estudio durante décadas. Hasta la fecha, se han identificado miles de factores de transcripción que determinan qué ARNm se produce. Sin embargo, el descubrimiento del micro-ARN abrió un nuevo nivel de comprensión sobre cómo se regula este flujo de información genética.
En su investigación, Ambros y Ruvkun se centraron en dos cepas mutantes de gusanos (lin-4 y lin-14). Ambros encontró que el gen lin-4 producía una molécula de ARN inusualmente pequeña, que inhibía al lin-14. Por su parte, Ruvkun demostró que la inhibición no afectaba la producción del ARNm del lin-14, sino que ocurría más adelante, al cesar la producción de proteínas. Estos hallazgos, publicados en 1993, establecieron un nuevo paradigma en la regulación genética.
El reconocimiento de Ambros y Ruvkun no solo resalta la importancia de su trabajo pionero, sino que también subraya el potencial de la investigación en micro-ARN para transformar nuestra comprensión de la biología humana y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas. Con más de mil micro-ARN en el genoma humano, el camino hacia futuras innovaciones médicas parece prometedor.
