La reconstrucción mamaria se ha convertido en una opción vital para muchas mujeres que enfrentan una mastectomía, un procedimiento quirúrgico que implica la extirpación del tejido mamario para tratar el cáncer de mama. Este proceso no solo aborda la restauración física, sino que también juega un papel esencial en la recuperación emocional y la mejora de la calidad de vida de las pacientes.
¿Qué es la reconstrucción mamaria?
La reconstrucción mamaria es un procedimiento seguro y eficaz que recrea la apariencia y forma de los senos tras una mastectomía. Realizada por cirujanos plásticos en colaboración con oncólogos, esta cirugía utiliza tanto implantes protésicos como tejido propio de la paciente, incluyendo piel, grasa y músculos.
El cirujano plástico Jaime Álvarez Cosio explica que la reconstrucción mamaria tiene un doble propósito: estético y reconstructivo. “El objetivo principal es evitar que la paciente experimente un impacto adicional al enterarse de que tiene cáncer”, menciona. Álvarez Cosio destaca la importancia de mitigar el choque psicológico que puede surgir de la ausencia de un órgano, ayudando así a las pacientes a no percibir su situación como una mutilación.
Aunque la reconstrucción mamaria puede ser costosa, con requerimientos de implantes y otros insumos, su impacto positivo en la autoestima y bienestar emocional de las pacientes es significativo. Según el especialista, “del 100% de las pacientes que deciden reconstruirse, el 99% quedan 100% satisfechas y reincorporadas”. Esto refleja una tendencia creciente hacia la reconstrucción, especialmente entre mujeres menores de 46 años, de las cuales aproximadamente el 30% optan por este procedimiento.
¿Quiénes son candidatas para la reconstrucción mamaria?
La elegibilidad para la reconstrucción mamaria depende del caso individual y la etapa de la enfermedad. En casos de reconstrucción inmediata, se considera a las pacientes con diagnóstico oportuno de cáncer, mientras que aquellas en etapas más avanzadas generalmente pasan por el tratamiento antes de someterse a la reconstrucción.
El cáncer de mama afecta no solo el cuerpo, sino también la mente y el espíritu. Álvarez Cosio afirma que “una persona no es solo el cuerpo”, sino que está compuesta por una dimensión bio-psico-espiritual. Todo lo que afecta al cuerpo tiene repercusiones en la psique y el espíritu, por lo que el cuidado integral es fundamental.
El cirujano también enfatiza que la dignidad de una persona no se mide por su estado físico. La cirugía reconstructiva puede ayudar a resarcir el daño psicológico que el cáncer causa en las pacientes, facilitando su reintegración en la vida cotidiana y en las interacciones sociales.
La decisión es de las pacientes
Someterse a una reconstrucción mamaria es una decisión personal y valiosa. Cada paciente debe sentirse empoderada para elegir lo que es mejor para su bienestar. La reconstrucción mamaria representa una oportunidad no solo para restaurar la forma física, sino también para recuperar la confianza y la calidad de vida después de enfrentar uno de los desafíos más difíciles: el cáncer de mama.
