España.- Joaquín Sabina sacó petróleo de 500 noches de desamparo emocional en forma de disco memorable y, tras la enésima velada terrible de su vida, la del sábado pasado, se redimió en un concierto sin flaquezas y con el cariño redoblado del público.
“En noches como hoy, comprenderán que decir gracias es muy poco decir” , dijo el músico en su primera intervención durante su segundo concierto en el Barclaycard Center, dentro de la gira “500 noches para una crisis” y tras el ataque de pánico escénico que sufrió hace solo unos días por su “exceso de ganas de estar bien” ante su gente.
Esta vez no hubo espacio para la sorpresa, solo para la música y el resarcimiento: “Desoyendo negros presagios, lo que quisiéramos para ustedes es el mejor concierto de nuestra vida”, prometió, y si no lo hizo, no fue por falta de alicientes, de aplausos y de ganas de las más de 10 mil personas que cubrieron todo el aforo. Todos lo recibieron en pie, pero con más ahínco, probablemente por el resquemor a que decidiera cancelar nuevamente.
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