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Personal de las Fuerzas Armadas: Un análisis de bajas y deserciones

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AGENCIA

Nacional.- Cada año, miles de elementos se unen y abandonan las filas de la milicia en México, lo que convierte a las Fuerzas Armadas en uno de los sectores con mayor variación en su personal activo. La Dirección General de Personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reporta que el número de efectivos cambia constantemente debido a las bajas y deserciones en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.

Desde 1985 hasta el 30 de junio de 2024, la Sedena ha registrado diversas causas de baja, incluyendo retiros voluntarios, mala conducta, deserciones y defunciones. En la primera mitad de 2024, se contabilizaron 10 mil 762 bajas, siendo la mayoría personal de tropa (10 mil 235 elementos). De este total, 5 mil 444 se debieron a rescisión de contrato, 2 mil 207 a retiros y mil 268 a solicitudes de baja.

El año 2023 reportó 25 mil 498 bajas, en comparación con 15 mil 364 en 2022 y 15 mil 365 en 2021. La cifra más alta de deserciones fue en 1991, cuando se registraron 53 mil 433 bajas, con 42 mil 485 por deserción. Durante los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, las deserciones alcanzaron niveles alarmantes, siendo un fenómeno constante desde entonces.

Las bajas por mala conducta también han mostrado cifras preocupantes, alcanzando un récord de 441 en 1997. En la actual administración, estas bajas han ido en aumento, con 153 casos reportados en 2023 y 52 en lo que va de 2024.

Además, desde 2010 se han comenzado a registrar las bajas por desaparición, con un máximo de 130 en 2014. Las Fuerzas Armadas también enfrentan problemas en la Secretaría de Marina (Semar), donde se han contabilizado 65 mil 041 bajas desde el año 2000, siendo la mayoría por solicitud.

El entrenamiento especializado de las Fuerzas Armadas, particularmente en fuerzas de élite, ha suscitado preocupación debido a que algunos de estos elementos han desertado para unirse a grupos criminales, como se evidenció con el caso de “Los Zetas” en los años 2000. Esto ha generado cuestionamientos sobre la falta de seguimiento a las actividades de los desertores y la necesidad de implementar mecanismos de apoyo para reintegrarlos a la sociedad.

Expertos en seguridad advierten sobre la importancia de establecer trazabilidad para aquellos que han dejado las Fuerzas Armadas, así como la creación de programas que faciliten su reincorporación a una vida productiva. La situación actual pone de manifiesto la urgencia de atender las causas de deserción y las implicaciones que esto tiene para la seguridad nacional.

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