AGENCIA
Nacional.- Acapulco ha sido nuevamente afectado por la furia de la naturaleza con el reciente paso del huracán “John”, que ha dejado una estela de devastación en la ciudad portuaria. Tras intensificarse a categoría 1 el jueves, el huracán ha causado la muerte de al menos 10 personas y ha provocado destrucción significativa, así como inundaciones severas.
La infraestructura del puerto ha colapsado, presentando fallas en el suministro eléctrico y la interrupción del transporte, complicando los esfuerzos de reconstrucción que ya estaban en marcha tras el paso del huracán “Otis” meses atrás. Este nuevo embate ha vuelto a encender las alarmas entre organizaciones civiles y medioambientales, las cuales advierten sobre la creciente frecuencia de estas tormentas y subrayan la necesidad de integrar políticas que respondan a los desafíos de la crisis climática global.
Fernando Terraza, coordinador de la iniciativa “Guerrero es primero”, citó estudios de la Universidad Autónoma de Guerrero que señalan un aumento peligroso en la temperatura del mar, alcanzando los 31 grados, cuando lo habitual es de 27. Esta elevación, explican los expertos, potencia la formación y fuerza de huracanes en la región.
“John” fue descrito por meteorólogos como un huracán “desorganizado”, pues tocó tierra inicialmente como categoría 3 el lunes en Guerrero, se debilitó a tormenta tropical y luego se intensificó nuevamente a categoría 1 el miércoles. Este ciclo de variaciones generó tres días consecutivos de lluvias torrenciales que provocaron inundaciones masivas en diversas áreas de Acapulco, bloqueando vías y afectando la movilidad.
En el sector turístico, el panorama es desalentador. Desde junio, agencias de viajes reportaron que la hotelería de lujo en Acapulco no había logrado recuperarse tras el huracán “Otis”, lo que disminuyó la llegada de turistas internacionales.
Levin Williams Manzanares, presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV) de Guerrero, expresó su preocupación por la limitada disponibilidad de hoteles de alta categoría, fundamentales para atraer al turismo de alto poder adquisitivo.
Si bien se reporta una recuperación gradual en el inventario de habitaciones, la mayoría corresponden a hoteles de tres y cuatro estrellas, insuficiente para atraer al segmento de lujo. Con Acapulco enfrentando no solo los estragos de las tormentas, sino también la necesidad de repensar su modelo turístico, la recuperación económica y social de la ciudad se presenta como un reto urgente y de largo plazo.
