Orizaba.- El Arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, ordenó diáconos a Miqueas Romero González y Benito Urbano Aparicio, quienes prestarán sus servicios en la Catedral y el Seminario Diocesano, respectivamente, hasta que sus superiores y ellos mismos consideren propicio sean ordenados
sacerdotes.
El rector del Seminario Diocesano la Sagrada Familia, Juan Carlos Villa Cañedo, los presentó como aptos para recibir esta ordenación y fueron aceptados públicamente con la encomienda de hacer presente su servicio con alegría y sean amables hacia los demás.
Antes de la misa en que fueron ungidos diáconos, hicieron su profesión de fe, juramento de fidelidad a la Iglesia, juramento de obediencia al Obispo, a sus superiores y aceptaron vivir el celibato con la gracia de Dios, porque no es una tarea sencilla, pero tampoco lo hacen obligados ni bajo ninguna presión coactiva ni afectiva, les reiteró el Arzobispo.
Públicamente el Arzobispo les pidió explicaran ante la asamblea la forma en que atendieron el llamado de Dios, “si saben en lo que se están metiendo y lo que piden en esta ocasión para su ministerio”, dijo.
Una vez que compartieron sus experiencias destacando el apoyo de su familia a pesar de ciertas resistencias, el gusto que fue madurando por las cosas de Dios y formando su vida hasta caer en cuenta que sólo con la gracia divina podrán seguir, conscientes de que no es fácil la vida del sacerdocio, porque son muchos los desafíos.
Un proceso largo de preparación, mínimo doce años son los que lleva la formación sacerdotal y los diáconos ahora son los únicos prospectos a sacerdote que tiene la Diócesis de Orizaba. Ya con este ministerio, los dos diáconos provenientes de comunidades serranas de Loma Grande y Tlilapan, están autorizados para realizar el bautismo oficialmente, podrán asistir y bendecir a los matrimonios, presidirán exequias y colaborarán directamente con los sacerdotes y el Obispo.
Matilde De los Santos Parada
El Buen Tono