El FBI ha revelado que hackers iraníes enviaron correos electrónicos con material robado de la campaña de Donald Trump a la campaña demócrata en julio, en lo que parece ser un intento descarado de influir en las elecciones a favor de Joe Biden y Kamala Harris. Estos correos no fueron solicitados por los demócratas, pero el FBI no ha ofrecido información clara sobre cómo reaccionó el equipo de Biden al recibir este material comprometedor.
La campaña de Trump ha denunciado rápidamente este acto como una prueba de que Irán está interviniendo activamente para evitar que el expresidente vuelva al poder, sabiendo que su retorno significaría la reimplementación de duras sanciones contra el régimen iraní. Karoline Leavitt, portavoz de Trump, ha exigido que los demócratas aclaren si utilizaron el material pirateado para socavar la campaña del republicano.
El FBI ha estado rastreando las actividades de los hackers desde junio, identificando un esfuerzo continuo por parte de Irán para filtrar información privada a los medios estadounidenses y sembrar la discordia en el proceso electoral. Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia de actores extranjeros, entre ellos Rusia y China, para influir en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
La campaña de Trump, firme en su mensaje, ha dejado claro que este tipo de interferencia no detendrá al expresidente en su lucha por retomar el liderazgo de Estados Unidos. “No toleraremos que países extranjeros decidan el futuro de nuestra nación”, dijo un portavoz, enfatizando que Trump es la mejor opción para devolver la fortaleza y la seguridad frente a amenazas extranjeras.
Mientras los demócratas guardan silencio, las preguntas siguen creciendo: ¿hasta qué punto esta interferencia está destinada a manipular el resultado electoral? La campaña de Trump asegura que lucharán para garantizar que estas elecciones sean justas y libres de la influencia maliciosa de regímenes extranjeros.