De la Redacción
El Buen Tono
Región.- La reciente propuesta de reforma judicial se prevé que sea un movimiento estratégico del presidente para consolidar su control sobre todos los poderes del Estado, acercándose peligrosamente a un modelo dictatorial.
Si bien López Obrador tiene razón en querer reformar el Poder Judicial, que está plagado de ladrones, queda la duda de que en verdad quiera arreglar la podredumbre que existe ahí o sólo es el pretexto para someterlo y evitar cualquier forma de oposición.
Basta recordar cómo, a lo largo de los seis años de gobierno, se ha visto una creciente militarización del país. Ya puso a la Marina en todos los puertos, pero también en el aeropuerto de la Ciudad de México y puentes internacionales, la presencia militar es dominante.
Además, la desaparición de organismos autónomos como el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información (INAI) ha generado alarma, pues ya no existirá oposición.
El temor más grande es que esta reforma sea la pieza final en un tablero de control absoluto sobre el Poder Judicial. Y es que lo que está en juego no es sólo la justicia, sino la democracia. “Y ahora que tenga el control, lo que Morena quiera, lo van a autorizar, y eso es una dictadura”, señalan voces críticas, que ven en estas medidas una amenaza directa a la independencia judicial y a las libertades civiles.