De la Redacción
El Buen Tono
Región.- La autopista Veracruz-Puebla, particularmente en las cumbres de Maltrata, se ha convertido en un verdadero corredor del terror para las familias que se atreven a transitar por ella. Los recientes reportes de asaltos a plena luz del día, como el sufrido por una familia a la altura de Magueyes, son una alarmante señal de la creciente inseguridad en las carreteras.
A lo largo de este tramo, el control ya no lo tienen las autoridades, sino los delincuentes que operan con total impunidad.
El último incidente pone de manifiesto una realidad que no es nueva: el gobierno estatal, encabezado por Cuitláhuac García, ha sido incapaz de garantizar la seguridad en una de las rutas más peligrosas del país.
La corrupción de la administración local, sumada a la negligencia de los elementos de la Guardia Nacional que, en lugar de patrullar y proteger a los ciudadanos, se dedican a hacer presencia en retenes sin mayor impacto, refleja una falta de liderazgo y una permisividad que no es otra cosa que corrupción.
Desde hace años, la violencia en este tramo de carretera ha sido un problema constante y las promesas de mejoras y mayor seguridad han quedado en palabras vacías, mientras los asaltantes siguen haciendo de las suyas.
