De la Redacción
El Buen tono
CDMX.- Los miembros del Poder Judicial se fueron a paro, y nadie los extrañó. Magistrados y jueces federales de todo el país se han unido al paro nacional de trabajadores del Poder Judicial desde el primer minuto de este miércoles 21 de agosto. Este movimiento es una clara señal de que, por primera vez, el régimen gobernante ha logrado hacer temblar a la justicia en México.
Sin embargo, la mal llamada reforma del Poder Judicial, lejos de abordar los verdaderos problemas de la impartición de justicia en el país, parece estar más enfocada en generar división que en ofrecer soluciones. Las críticas sobre los supuestos “privilegios” de los miembros del Poder Judicial Federal (PJF) no logran identificar cuáles de estos beneficios son justificados y cuáles son desproporcionados.
Algunos ciudadanos comparan esta situación con eventos históricos como Acteal, Aguas Blancas, Ayotzinapa, o los despidos masivos de los trabajadores de la Compañía Luz y Fuerza del Centro durante el gobierno de Felipe Calderón. En esos casos, muchos piensan que las movilizaciones habrían sido más comprensibles. Sin embargo, el paro actual es visto como un intento por proteger intereses propios, más que una lucha por la justicia.
Es irónico que, después de un período vacacional en junio, y tras meses de aparente inactividad, los miembros del Poder Judicial ahora decidan entrar en paro. Para muchos, la huelga ha sido uno de los movimientos más absurdos de la historia reciente.
La mayoría no ha visto afectación alguna por el paro, lo que refuerza la percepción de que el Poder Judicial es irrelevante para la vida del ciudadano común.
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