En un impactante incidente ocurrido en la segunda semana de agosto, un hombre de 29 años fue detenido en la Garita Comercial de Otay, San Diego, mientras intentaba cruzar a Estados Unidos desde Tijuana con un cargamento de metanfetamina disfrazada como sandías. El conductor, que manejaba un camión con remolque comercial, fue sometido a una inspección rutinaria por parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), la cual llevó a un hallazgo sorprendente: mil 220 paquetes de droga sintética camuflados como frutas.
El peso total de la droga incautada fue de 2,080 kilos, con un valor estimado en las calles de más de 5 millones de dólares. Este sofisticado intento de contrabando es solo el más reciente de una serie de operaciones similares detectadas en la frontera. Durante la primera semana de agosto, otros dos casos fueron descubiertos, uno con 200 kilos de metanfetamina escondida en cajas de apio y otro con 150 kilos disfrazados como tomatillos, con valores de contrabando estimados en 750 mil y 453 mil dólares, respectivamente.
Las autoridades de CBP confiscaron el camión y su carga, mientras que el conductor fue entregado a Investigaciones de Seguridad Nacional (ICE) para una investigación más profunda. Este esfuerzo es parte de la Operación Apolo, una iniciativa del gobierno estadounidense para combatir el contrabando de fentanilo y otras drogas peligrosas en la región sur de California, extendiéndose recientemente a Arizona.
Rosa E. Hernández, directora del Puerto del Área de Otay, destacó la constante evolución de las técnicas de contrabando utilizadas por los cárteles de la droga y reafirmó el compromiso de las autoridades para innovar en la prevención de estos actos ilícitos. “Estoy increíblemente orgullosa de nuestro equipo por su trabajo excepcional durante las últimas semanas en descubrir sofisticados y diversos métodos de contrabando”, declaró Hernández, subrayando la importancia de estos esfuerzos continuos en la lucha contra el narcotráfico.
Este tipo de incautaciones subraya la creatividad y peligrosidad de los métodos empleados por los cárteles, así como la necesidad de una vigilancia constante por parte de las fuerzas de seguridad en las fronteras.
