En un giro alarmante de la violencia en Chiapas, un grupo organizado ha lanzado un ataque con drones cargados de explosivos contra el cuartel del 101 Batallón de Infantería en Chicomuselo. El incidente, que ocurrió la tarde del lunes 19 de agosto, marca un escalofriante aumento en la violencia en esta región del sur de México.
El ataque con drones se suma a una serie de enfrentamientos violentos que han sacudido la Sierra Fronteriza desde el pasado sábado 17 de agosto, cuando dos grupos armados se enfrentaron en el barrio San Caralampio de la cabecera municipal. La situación se agravó el lunes por la tarde con nuevos enfrentamientos que se extendieron por más de 30 minutos en varios puntos del cinturón de la demarcación.
Los residentes de Chicomuselo viven en constante temor. Un campesino local relató a Milenio: “Cerca de las 17:00 horas se detuvo la balacera. Hasta ahora no nos han cortado la luz ni la señal de teléfono. Estamos cada uno en nuestro lugar seguro, con miedo de que lleguen a sacarnos de nuestras casas o que nos alcance una bala perdida.”
El conflicto también ha involucrado a los habitantes de la comunidad de Regadillo, donde se produjeron enfrentamientos con el Ejército durante patrullajes. Aunque no se reportaron heridos, la tensión continúa alta en la región.
En Jaltenango, en la región de la Frailesca, cientos de residentes se movilizaron en la noche del domingo 18 de agosto, exigiendo el retiro de las fuerzas de seguridad del área. La respuesta de los uniformados fue disparar al aire para dispersar a los manifestantes. Posteriormente, uno de los grupos del crimen organizado reclutó a los ejidatarios bajo coacción para participar en el bloqueo de la entrada a la cabecera municipal, que sigue en pie.
La creciente violencia y la crisis de seguridad en Chiapas evidencian la complejidad de la situación en esta región clave del país. La respuesta del gobierno y las fuerzas de seguridad será crucial para restaurar el orden y proteger a las comunidades afectadas.