La Arquidiócesis de Monterrey ha tomado una medida inusual al asignar un segundo exorcista a la región, una decisión motivada por el notable aumento en los casos de presuntas posesiones que se han reportado. Este movimiento refleja un fenómeno poco común pero creciente en la ciudad.
A nivel global, los exorcismos son un rito relativamente raro en la Iglesia Católica. A pesar de su popularidad en el cine, el número de sacerdotes capacitados para realizar exorcismos es bastante limitado. Según datos de El Vaticano y la Asociación Internacional de Exorcistas, hay 905 sacerdotes en todo el mundo autorizados para llevar a cabo estos ritos, con más de la mitad en Italia. En México, el número es considerablemente menor, con solo 48 exorcistas activos.
En Monterrey, la demanda de exorcismos ha llevado a la Arquidiócesis a tomar medidas excepcionales. Ernesto María Caro, quien ha sido el único exorcista de la ciudad hasta ahora, ha estado recibiendo semanalmente a decenas de personas que creen estar poseídas. Caro, ordenado en 1991 y párroco en la iglesia de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, en San Pedro Garza García, ha visto un aumento significativo en estos casos.
Para abordar la creciente demanda, se ha asignado un segundo exorcista: Jacobo Salina Estevané. Párroco en el municipio de Juárez, Salina Estevané ha estado involucrado en el campo de los exorcismos desde su primer caso en la Nochebuena de 2013 y se ha especializado en esta práctica desde entonces.
A pesar del aumento en la demanda, las autoridades eclesiásticas enfatizan que los exorcismos en la realidad son muy diferentes a su representación en las películas. La decisión de designar un segundo exorcista subraya la seriedad con la que se abordan estos casos y el compromiso de la Arquidiócesis de Monterrey con sus fieles en momentos de necesidad espiritual. 🌟🙏🕊️