La Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó este jueves una reforma histórica que prohíbe el cultivo de maíz transgénico y cualquier otra modificación genética en el país. Con 30 votos a favor y 7 en contra, la reforma refuerza la protección del maíz, un alimento básico y símbolo de identidad cultural en México, al prohibir su cultivo con modificaciones genéticas.
La medida, que se enmarca en el “Plan C” impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, establece que la actividad agropecuaria y forestal debe ser “libre de cultivos y semillas de maíz transgénicas”, con el objetivo de proteger la biodiversidad y la herencia cultural del país.
Uno de los puntos clave de la reforma es que se permitirá la importación de maíz quebrado únicamente para usos no relacionados con el consumo humano, garantizando que no tenga capacidad de germinar y, por lo tanto, no afecte la integridad de los cultivos nacionales.
“A partir de la entrada en vigor de este decreto, el ingreso al país de maíces genéticamente modificados con destino distinto al consumo humano únicamente debe permitirse en su modalidad de maíz quebrado, grano fragmentado, de manera que carezca de capacidad para germinar”, señala el comunicado emitido por la Cámara de Diputados.
La iniciativa ha sido bien recibida por diversos sectores que defienden la soberanía alimentaria y la protección del medio ambiente. Sin embargo, algunos críticos advierten que la prohibición podría tener un impacto negativo en la competitividad agrícola de México, al limitar el acceso a tecnologías que aumentan la eficiencia y la producción en el sector.
Además de la prohibición del maíz transgénico, la reforma incluye disposiciones relacionadas con la explotación de recursos naturales, estableciendo restricciones a las concesiones para la minería a cielo abierto y el fracking, salvo en casos excepcionales determinados por el Ejecutivo federal.
Esta reforma subraya el compromiso de México con la protección de su biodiversidad y el fortalecimiento de su identidad cultural, en un momento en que la soberanía alimentaria y la conservación del medio ambiente son temas cada vez más urgentes a nivel global.
