El martes, el equipo de campaña de la candidata presidencial demócrata Kamala Harris reveló que fue objeto de un intento de hackeo por parte de actores extranjeros. Esta noticia surge días después de que se sugiriera que Irán podría estar detrás de estos ataques, una acusación realizada por los responsables de la campaña rival de Donald Trump.
Según un miembro del equipo de Harris, el FBI notificó en julio sobre una operación de interferencia llevada a cabo por un actor extranjero. A pesar del intento de hackeo, el equipo aseguró que sus robustas medidas de ciberseguridad han prevenido cualquier violación significativa de sus sistemas.
El Departamento de Estado estadounidense ha advertido a Irán sobre las consecuencias de cualquier interferencia en las elecciones de noviembre, intensificando la tensión en el panorama electoral. La campaña de Trump, por su parte, afirmó que documentos relacionados con la investigación de su compañero de fórmula J.D. Vance fueron enviados a periodistas por presuntos actores iraníes, y advirtió a los medios contra la publicación de dichos documentos, catalogándola como una acción que beneficiaría a los enemigos de Estados Unidos.
Mientras el debate sobre la ciberseguridad y la interferencia electoral se intensifica, la campaña de Harris continúa reforzando sus defensas y manteniendo la integridad de su campaña en el centro de la atención pública.
