El 11 de agosto, un fenómeno inquietante captó la atención de las redes sociales: un video que muestra al sol apenas visible detrás de una espesa nube de humo en Glyfada, un suburbio al sur de Atenas. La imagen, que parece sacada de una película apocalíptica, muestra un cielo cubierto por una nube marrón, con un tenue punto amarillo rodeado de un anillo anaranjado que apenas se proyecta a través de la espesa humareda. Esta aterradora escena es el resultado de un feroz incendio forestal que arrasa las cercanías de la capital griega.
Los incendios, alimentados por fuertes vientos y temperaturas extremadamente altas, obligaron a los residentes del pueblo de Varnava a huir de sus hogares, mientras más de 250 bomberos, apoyados por 12 aviones cisterna y siete helicópteros, luchaban desesperadamente por contener las llamas. La situación se tornó crítica cuando el fuego avanzó rápidamente hacia las áreas residenciales, amenazando vidas y propiedades.
El peligro no se limitó a Varnava. Este domingo, las autoridades emitieron órdenes de evacuación para los residentes de otras dos zonas cercanas a Atenas, mientras decenas de bomberos seguían combatiendo las llamas en condiciones extremadamente difíciles. A medida que el fuego se propagaba, una densa humareda marrón cubrió partes de Atenas, afectando la visibilidad y la calidad del aire en la región.
El incendio cerca de Glyfada no fue el único en azotar Grecia en los últimos días. Los bomberos también se enfrentaron a un incendio en una zona boscosa cerca de la ciudad de Megara, al oeste de Atenas. La situación es tan alarmante que varias regiones del país están en alerta máxima por riesgo de incendio.
Este verano, Grecia ha sido escenario de cientos de incendios forestales, un número inusualmente alto que coincide con los meses de junio y julio más calurosos registrados en la historia del país, tras un invierno excepcionalmente cálido. Los científicos no dudan en vincular este aumento de incendios con el cambio climático, que está provocando un clima cada vez más cálido y seco en toda la región del Mediterráneo.
Kostas Lagouvardos, director de investigación del Observatorio de Atenas, advirtió que los próximos días serán críticos. “Lo que hace que la situación sea tan peligrosa es la prolongada sequía y las altísimas temperaturas que se mantienen durante mucho tiempo”, señaló en una entrevista con la cadena estatal ERT.
Con el verano aún lejos de terminar, Grecia enfrenta una batalla continua contra las llamas, mientras el mundo observa con preocupación las consecuencias devastadoras del cambio climático en la región.
