AGENCIA
Puebla.- Ana Lilia “N”, una mujer que sufrió años de maltrato y explotación a manos de sus propios hijos y expareja, falleció el 3 de agosto de 2024 en Puebla, después de una larga y trágica historia de abuso que comenzó en el año 2000. El caso, que ha conmocionado a la comunidad, expone un patrón de violencia familiar que terminó en una tragedia irreparable.
La situación de Ana Lilia se deterioró a lo largo de más de dos décadas, iniciando cuando su expareja, Christian Aldo “N”, se instaló en su hogar y comenzó a someterla a maltratos psicológicos y aislamiento social. A medida que nacieron sus hijos, Luis Enrique “N”, Martha Julia “N” y una menor, el abuso se intensificó. Christian Aldo, quien nunca trabajó, se apoderó de los ingresos que Ana Lilia obtenía de la renta de cuartos en su hogar.
En 2006, Christian Aldo abandonó a Ana Lilia, solo para regresar en 2007 tras la muerte de su madre, cuando ella heredó la casa familiar. Engañada por su pareja, Ana Lilia vendió la casa por un millón 300 mil pesos, pero él se quedó con todo el dinero.
En 2021, cuando Christian Aldo la abandonó nuevamente, la situación empeoró drásticamente. Sus hijos comenzaron a maltratarla física y verbalmente, exigiéndole dinero y sometiéndola a humillaciones constantes. La violencia y la negligencia llegaron al punto de que Ana Lilia apenas comía, sobreviviendo con agua y azúcar, y sufrió la pérdida de todos sus dientes.
Finalmente, el 18 de mayo de 2024, Ana Lilia logró escapar y pedir ayuda. Fue llevada ante la Fiscalía General del Estado (FGE) por una amiga, donde se le proporcionaron medidas de protección. Sin embargo, el daño era ya irreversible. Ana Lilia, que pesaba solo 38 kilos y sufría de desnutrición severa, tuberculosis y graves problemas de ansiedad y depresión, murió en el hospital.
Tras su muerte, la Fiscalía detuvo a Christian Aldo “N” y a sus hijos, quienes ahora enfrentan cargos por trata de personas con fines de explotación laboral. El proceso judicial sigue su curso, mientras la comunidad lamenta la pérdida de Ana Lilia y la inhumana realidad que sufrió durante tantos años.
