El primer ministro rumano, Marcel Ciolacu, ha tomado una postura firme al anunciar que no asistirá a la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de París. La razón detrás de esta decisión es el “trato indigno” recibido por dos gimnastas rumanas durante la competición femenina de suelo.
En una publicación en su cuenta de Facebook, Ciolacu expresó su descontento: “He decidido no participar en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de París, después de la situación escandalosa del torneo, cuando trataron a nuestros deportistas de una manera absolutamente indigna”.
El incidente que provocó esta reacción se dio en las finales individuales de gimnasia del lunes, donde la rumana Maria Barbosu inicialmente quedó en tercer lugar con 13.700 puntos, detrás de la brasileña Rebeca Andrade (14.166) y la estadounidense Simone Biles (14.133). Sin embargo, después de que la estadounidense Jordan Chiles reclamara una revisión de sus puntos, los jueces la colocaron en tercer lugar con 13.766 puntos, desplazando a Barbosu al cuarto puesto.
La prensa rumana ha resaltado la indignación causada por este cambio, ya que Barbosu, de 18 años, ya estaba celebrando su medalla de bronce y la bandera rumana ondeaba en el Arena Bercy antes de ser relegada al cuarto lugar. La otra gimnasta rumana, Sabrina Maneca-Voinea, de 17 años, también solicitó una revisión de sus puntos, pero los jueces rechazaron su reclamo.
Ciolacu expresó su descontento con la situación, destacando que millones de espectadores de todo el mundo quedaron conmocionados por “la horrible escena”, lo cual señala que “algo no va bien en la forma en que se organiza esta competición”. Además, aseguró que el Estado tratará a las dos deportistas rumanas como medallistas, independientemente de los resultados oficiales.
La federación rumana de gimnasia ha anunciado su intención de presentar dos quejas formales ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) debido a estas controversias. Voinea, por su parte, también manifestó su frustración en la prensa rumana: “Realicé mi mejor actuación, no salí del tapiz, no sé por qué fui penalizada. Sé que merecía una nota mucho mejor”.
La delegación rumana de gimnasia, que estaba participando en sus primeros Juegos Olímpicos en 12 años, se marchó de París sin medallas, marcando un amargo regreso a la competición olímpica.
