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Bogotá. — En un movimiento histórico hacia la reconciliación y la paz, el Gobierno de Gustavo Petro ha dado a conocer este lunes un avance crucial en su política de “paz total”. La administración de Petro ha decidido iniciar diálogos con el Clan del Golfo, el grupo armado más grande del país que, hasta ahora, había estado excluido de las negociaciones de paz.
A través de una resolución ejecutiva publicada en el Diario Oficial, el Gobierno ha oficializado su intención de abrir un “espacio de conversación sociojurídico” con el Clan del Golfo. Este grupo, conocido también como el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) desde su cambio de nombre en marzo, ha dominado varias regiones del país en los últimos años. Su nueva denominación refleja una aspiración de presentarse como una organización con objetivos políticos, en un intento de legitimar su posición.
El anuncio llega a menos de 48 horas de que Gustavo Petro cumpla dos años como presidente. Desde el lanzamiento de la política de paz total en agosto de 2022, los acercamientos entre el Estado y el Clan del Golfo habían sido lentos y difíciles. A pesar de las reiteradas peticiones del grupo armado para participar en el diálogo, el Gobierno había mantenido una postura de rechazo.
Según el documento oficial, seis líderes del Clan participarán en este nuevo proceso de diálogo. Estos son: Jobanis de Jesús Ávila, alias “Chiquito Malo”; Orozman Orlando Osten, alias “Rodrigo Flechas”; José Gonzalo Sánchez, alias “Gonzalito”; José Miguel Demoya, alias “Chirimoya”; Luis Armando Pérez, alias “Bruno” o “Jerónimo”; y Elkin Casarrubia, alias “El Cura” o “Joaquín”.
Entre los participantes, solo Bruno y Chirimoya no fueron reinsertados de las antiguas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el grupo paramilitar que utilizó la violencia para controlar amplias regiones del país a finales del siglo XX y principios del XXI. Aunque las AUC entregaron las armas en 2006 tras un acuerdo con el Gobierno, muchos de sus miembros se rearmaron poco después, dando origen a nuevos grupos como los Urabeños, que eventualmente se transformaron en el Clan del Golfo.
Este paso firme del Gobierno de Petro subraya un compromiso renovado con la paz en Colombia, mientras el país continúa enfrentando desafíos significativos en su camino hacia la reconciliación nacional.
