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París 2024 borra video de la ceremonia de apertura tras pedido de disculpas

Superiberia

Agencia

París, Francia – Los organizadores de los Juegos Olímpicos de París 2024 ofrecieron disculpas este domingo a los católicos y otros grupos cristianos tras la indignación causada por una parodia kitsch del famoso cuadro de Leonardo Da Vinci, “La Última Cena”, durante la ceremonia de apertura.

El segmento, que recreaba la escena bíblica de Jesucristo y sus apóstoles compartiendo la última cena antes de la crucifixión, presentaba a drag queens, una modelo transexual y un cantante desnudo disfrazado del dios griego del vino, Dionisio. Esta representación provocó la consternación tanto de la Iglesia católica como de la derecha religiosa estadounidense.

“Está claro que nunca hubo intención de faltar al respeto a ningún grupo religioso. La ceremonia de apertura intentó celebrar la tolerancia comunitaria”, afirmó Anne Descamps, portavoz de París 2024, en una rueda de prensa. “Creemos que esta ambición se logró. Si la gente se ha sentido ofendida, lo sentimos mucho”.

Francia, conocida por su rica herencia católica, también tiene una tradición de laicismo y anticlericalismo. La blasfemia es legal y, para muchos, un pilar esencial de la libertad de expresión. Los defensores del retablo elogiaron su mensaje de inclusión y tolerancia. Sin embargo, la Iglesia católica francesa deploró una ceremonia que “incluía escenas de escarnio y burla del cristianismo”. El arzobispo Charles Scicluna, máximo responsable católico en Malta y funcionario del Vaticano, expresó su queja al embajador de Francia en Malta por el “insulto gratuito”.

Thomas Jolly, director artístico y responsable de la extravagante ceremonia, afirmó que su intención nunca fue la subversión religiosa. “Queríamos hablar de diversidad. Diversidad significa estar juntos. Queríamos incluir a todo el mundo, así de sencillo”, declaró a la prensa el sábado. En una entrevista con BFMTV, Jolly insistió en que su inspiración para la controvertida escena fue el dios Dionisio y no la última cena de Jesucristo. “La idea era hacer una fiesta pagana vinculada a los dioses del Olimpo”, añadió.

Las reacciones más virulentas en Francia provinieron de la extrema derecha y de personajes muy conservadores. Philippe de Villiers, fundador del parque temático Puy du Fou, consideró vergonzosa la ceremonia, propia de la cultura woke y estéticamente fea. “Hemos representado ante el mundo entero el suicidio de Francia, así violada, herida, deshonrada”, escribió en un artículo en Le Journal du Dimanche. “El cielo de París vertió lágrimas de tristeza ante esta pantomima”.

El filósofo y escritor Michel Onfray, aunque procedente de la izquierda, expresó posturas cercanas a la extrema derecha. En el mismo diario, señaló que la ceremonia reflejaba dos Francias: la de París, compuesta por europeístas de diversas tendencias, y la rural, que sufre y es ignorada por la capital. Onfray calificó el espectáculo de “Disneylandia wokista y kitsch” y cuestionó qué habría sucedido si en lugar de parodiar la última cena de los Evangelios se hubieran mofado de la peregrinación a La Meca.

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