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El Paso, Texas — La detención de dos figuras emblemáticas del narcotráfico mexicano ha sacudido los titulares internacionales. Ismael ‘El Mayo’ Zambada, cofundador del cártel de Sinaloa, y Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, fueron arrestados el 25 de julio en El Paso, Texas, en un operativo liderado por el FBI.
Un aspecto particularmente impactante de este caso es que Ismael ‘El Mayo’ Zambada se presentó en silla de ruedas ante la jueza en Texas. Esta imagen simbólica destaca el dramático giro en la vida del infame narcotraficante, que durante más de 40 años logró evadir a las autoridades y mantener su imperio delictivo intacto. Su captura en una condición tan vulnerable subraya el alcance de la justicia finalmente alcanzando a uno de los más elusivos capos del narcotráfico.
El hijo de El Chapo, que había estado en busca de justicia para su padre, fue quien finalmente delató a Zambada, revelando la complicidad y los vínculos que existían entre ellos. Ambos criminales fueron detenidos mientras se preparaban para abordar un avión privado, un detalle que subraya la magnitud de su operación y la coordinación de su captura.
La noticia de su arresto encabezó los titulares de los principales periódicos de Estados Unidos, reflejando la importancia de este evento en la lucha contra el narcotráfico y la justicia internacional.
