En el libro “Escándalos” de Rafael Loret de Mola exhibió la existencia de una “mafia” política cuyo principal instrumento para acceder al poder público era su inclinación sexual hacia los varones.
Con Vicente Fox, este grupo fue alejado de la Federación, pero algunos de los priistas de lo que el periodista llamó la “Cofradía de la Mano Caída” permanecen dentro de la estructura del Estado.
Libro editado en 2000, no tuvo la resonancia que otros libros sobre política han provocado, como el más reciente “2 de julio” de Carlos Tello, sin embargo, reveló una realidad en la que coincidieron Porfirio Muñoz Ledo y otras fuentes que expresaron sus testimonios a Loret de Mola sobre la homosexualidad de algunos políticos, amén de excesos y relajamiento moral de aquella clase gobernante.
De acuerdo con el autor, la cofradía se instaló en Los Pinos a partir del mandato de Miguel de Madrid, aunque también Luis Echeverría haya levantado sospechas a partir de su “predilección” por dos jóvenes gobernadores.
Lo trascendental fueron los festejos de homosexualidad que protagonizó De la Madrid, y llevó al Palacio de Covián al polémico Manuel Bartlett, quien por cierto ha hecho gala de su habilidad para permanecer en el sistema político y que según la investigación periodística, también formó parte de aquella mafia, tal como su secretario particular de Presidencia, Emilio Gamboa Patrón, hoy coordinador de diputados del PRI.
La “debilidad” por los varones es lo que caracteriza a la Cofradía de la Mano Caída, la misma que tenía un hijo de Miguel de la Madrid que, como señala el periodista, heredó la orientación sexual de su padre, con toda normalidad incluso, llevó a Los Pinos a quien fuera su pareja durante ese sexenio, con el consentimiento de la primera dama, doña Paloma. Se trataba de un extranjero de tez morena quien vivió en la casa presidencial.
En ese sexenio, Carlos Salinas de Gortari ocupó la Secretaría de Programación y Presupuesto, para después llegar a la Presidencia; y entre sus méritos estaba, ser miembro selecto de la Cofradía.
A Salinas le acompañaba como sombra Córdoba Montoya, quien por cuya influencia y “cercanía”, convenció a Salinas de poner a “La Neta” Ernesto Zedillo, una vez ocurrido el asesinato de Luis Donaldo Colosio.
Carlos Salinas, en todo caso bisexual de acuerdo con una fuente de Rafael Loret de Mola, se “involucró” con el ex gobernador de Guerrero, José Francisco Ruiz Massieu, quien por cierto era su cuñado; razón por la cual Raúl, el hermano incómodo, ordenó el magnicidio por petición de la afectada esposa Adriana Salinas de Gortari.
Escándalo que puso en riesgo la estabilidad del Estado mexicano y aún no se aclara del todo.
Por su parte, Jorge Carpizo, otro miembro destacado de la Cofradía, fue rector de la UNAM, secretario de Gobernación y Procurador General de la República. Además de su orientación sexual diferente, compartida por su discípulo Alfonso Navarrete Prida, Carpizo tenía el gusto por vestir de mujer, según testimonios recogidos en la obra de Rafael Loret.
Ya en el gobierno de Zedillo, cuando por los pasillos de Presidencia desfilaban cantidad de jóvenes atractivos pero escasamente capacitados para las tareas políticas, Esteban Moctezuma, y Francisco Labastida, así como Emilio Chuayfett, Diodoro Carrasco y César Camacho Quiroz, pasaron por la Secretaría de Gobernación, todos en virtud de su sobresaliente membresía de la Cofradía homosexual.
Loret de Mola sugiere que Emilio Chuayfett llegó a Gobernación luego de demostrar su lealtad a la “mafia”, ocultando el escándalo de uno de los hijos de Zedillo dentro de un automóvil, relacionado también con su predilección sexual por los varones.
Diodoro Carrasco, ex gobernador de Oaxaca, cuya debilidad sexual por Gabino Cué; lo hizo crearle una Secretaria Técnica, siendo él Gobernador y la propia condición de Cué es un secreto a gritos en ese estado del sur de la República, es donde cada vez más se integran más homosexuales a su gobierno.
Para algunos, la versión periodística del libro “Escándalos” es un atado de conjeturas; para otros, homofobia pura del periodista.
Loret de Mola ha dicho que no condena la orientación sexual de los políticos señalados, sino que su propósito es denunciar los abusos y excesos que cometieron protegidos por un grupúsculo priista que compartía su condición sexual.
¿Dónde se encuentra ahora la Cofradía de la Mano Caída?
Un poco desarticulada. Pero algunos de sus integrantes permanecen en el escenario. a.- Salinas, rico y poderoso, continúa siendo protagonista de la vida nacional y de manera virtual siendo el villano favorito.
b.-Ernesto Zedillo, considerado gran estadista, es empleado de organismos internacionales gracias a su masonería.
c.- Francisco Labastida, senador. d.- Emilio Gamboa Patrón, coordinador de los diputados del PRI… más otros que todavía sueñan con el poder que les dio su orientación sexual en el pasado.
El libro de Loret de Mola no registró, tal vez por miedo, a Enrique Peña Nieto (ya Presidente) y a Marcelo Ebrard que es uno de los seguros pretendientes a la Presidencia de la República, conocidas sus tendencias por los jovencitos gay, así como a muchos otros políticos que están en las esferas del poder como gobernadores y alcaldes y también de las fuerzas de seguridad pública.
Todos tienen la misma relación; a.- masones; b.- homosexuales; c.- priistas; d.- antipatriotas.
Si reúnes todas estas desviaciones, puedes llegar al poder.
HOY, LOS MACHOTES MEXICANOS SOMOS DOMINADOS POR UNA CATERVA DE AFEMINADOS DESVIADOS. Y SIGUE LA PRODUCCIÓN.
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