AGENCIA
Xalapa.– El reciente amparo obtenido por Miguel Ángel Yunes Márquez ‘Chiquiyunes’ desde Estados Unidos, no garantiza que logre evadir la justicia ni asegurar su puesto como senador.
La suspensión provisional concedida por un juez federal apenas le brinda una pausa momentánea en las acusaciones de falsificación de documentos y fraude procesal, pero la realidad es que Yunes Márquez enfrenta un torrente de problemas legales que complican seriamente sus aspiraciones políticas.
El amparo, tramitado por su equipo de abogados en la Ciudad de México después de haber sido rechazado en Veracruz, forma parte de las artimañas corruptas a las que está acostumbrada esta familia.
Según el expediente 617/2024 del Consejo de la Judicatura Federal, este amparo no tendrá efecto si se emiten nuevas órdenes de aprehensión o si Yunes Márquez es sorprendido en flagrancia, además, debe presentarse el 24 de julio en el Juzgado Federal y pagar una garantía de 10 mil 500 pesos para que la protección del amparo continúe.
Ahora se le viene una cascada de denuncias por delitos cometidos por él, su esposa, su hermano y su papá, Miguel Ángel Yunes Linares, y no podrán librar la embestida del gobierno federal y estatal que se les viene encima por su larga carrera delictiva.
Asimismo, el papá, Miguel Ángel Yunes Linares, compró pleito por haber organizado las gritonizas pagadas de “fuera, fuera”, “aquí no queremos zacatecanas”, que mandó a hacer a la ahora gobernadora electa Rocío Nahle cuando era candidata, tanto en el aeropuerto cuando llegó de un viaje, como en el café La Parroquia y en Coatzacoalcos, cuando llegó a votar; así como lo hizo en su momento con el presidente López Obrador.
Ahora ya le destaparon todas las carpetas que tenían tapadas en la Fiscalía y se le viene encima todo el gobierno federal y el estatal, para que afronte las consecuencias de todos los actos delictivos que han hecho el padre y los hijos durante su larga carrera delictiva dentro de la política.
