AGENCIA
Oaxaca.- La tarde del jueves 18 de julio, la violencia cobró la vida del defensor comunitario de la Sierra Sur de Oaxaca, Lorenzo Santos Torres, su esposa Marcela Girón y su hija María Guadalupe Santos Girón. El trágico suceso ocurrió en la carretera federal 131 Oaxaca-Puerto Escondido, a la altura de la comunidad de San Andrés Zabache, mientras circulaban a bordo de su camioneta.
Lorenzo Santos, de 53 años, y su familia fueron asesinados a balazos cuando se encontraban en su camioneta Toyota modelo 2016. Posteriormente, los atacantes prendieron fuego al vehículo. El presidente del Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas, Maurilio Santiago Reyes, confirmó los hechos y lamentó profundamente la pérdida del defensor y su familia.
Lorenzo Santos Torres contaba con la medida cautelar MC-338-13 otorgada por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) desde 2013, año en que sobrevivió a un atentado. Santos Torres era un destacado defensor de derechos humanos comunitario, conocido por su labor en defensa de los derechos civiles, políticos, y territoriales en la región de la sierra sur de Oaxaca.
Además, Lorenzo Santos ocupó varios cargos públicos, incluyendo el de Presidente Municipal del H. Ayuntamiento de Santiago Amoltepec en 2010 y Agente Municipal del Centro de Santiago Amoltepec en 2020.
La vida de Lorenzo Santos Torres estuvo marcada por su firme oposición a las injusticias cometidas por las autoridades municipales de Santiago Amoltepec, Sola de Vega. En 2013, sufrió la pérdida de su hijo Jonatán Santos Girón, de tan solo 10 años, en un atentado.
Desde entonces, Lorenzo Santos recibió múltiples amenazas de muerte y fue encarcelado por su resistencia al cacicazgo regional encabezado por el entonces presidente municipal Pedro Luis Jiménez Hernández, quien actualmente está encarcelado por intento de homicidio contra el defensor.
Familiares y amigos de Lorenzo Santos Torres exigen a las autoridades investigar y sancionar a los responsables de este triple asesinato. La comunidad de la zona serrana de Oaxaca y los defensores de derechos humanos están consternados y demandan justicia para que este crimen no quede impune. A pesar de las medidas de protección, la vida de quienes defienden los derechos humanos sigue en constante riesgo.
