La cantidad de polvo en el aire a nivel mundial mostró una ligera disminución en 2023, según informó la Organización Meteorológica Mundial (OMM) el viernes pasado, aunque destacó la persistente amenaza que representa la mala gestión ambiental para las tormentas de polvo y arena.
El informe anual de la OMM revela que, en promedio, la concentración mundial de polvo en el aire fue ligeramente menor que en el año anterior. Esta mejora se observó especialmente en regiones como el norte de África, la península de Arabia, la meseta iraní, el norte de India, el centro de Australia y el noroeste de China. Sin embargo, la situación empeoró en áreas como Asia Central, el norte de China y el sur de Mongolia.
Uno de los eventos más destacados fue la peor tormenta de arena de 2023, ocurrida en marzo en Mongolia, que afectó más de 4 millones de kilómetros cuadrados e incluso alcanzó algunas provincias de China, según detalló la OMM. Esta tormenta, desencadenada por un ciclón en Mongolia y exacerbada por vientos fríos en la superficie, resultó en una drástica caída en la calidad del aire y redujo la visibilidad a menos de 500 metros en partes de Pekín.
Las tormentas de arena y polvo no solo impactan la calidad del aire, sino que también afectan la economía, los ecosistemas, la meteorología y el clima. Aunque son fenómenos naturales, su frecuencia y severidad están siendo amplificadas por las actividades humanas, como el cambio climático y la mala gestión de la tierra.
“La evidencia científica demuestra que las actividades humanas contribuyen significativamente a las tormentas de polvo y arena. Factores como el aumento de las temperaturas, la sequía y la evaporación están haciendo que el suelo sea más propenso a ser levantado por el viento”, explicó Celeste Saulo, directora argentina de la OMM.
En este contexto, el informe de la OMM subraya la necesidad urgente de una mayor vigilancia y acción para abordar estas amenazas ambientales globales. La publicación del informe coincide con la celebración el 12 de julio del Día Internacional de la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo, recordando la importancia de proteger nuestros ecosistemas y mejorar la gestión ambiental para mitigar estos eventos adversos.
