De la Redacción
El Buen Tono
Fortín.- La corrupción del alcalde de Fortín, Gerardo Rosales Victoria, ha sumido al municipio en un estado de caos y desorden. La falta de servicios básicos es alarmante: no hay recolección de basura ni agua potable.
El presidente tiene una relación con la directora de Limpia Pública, Lyz Miranda, y por esa relación, anda distraído y desviando el dinero público. Miranda ha sido señalada de llevar a su casa a empleados municipales para realizar trabajos particulares.
Esta corrupción ha exacerbado los problemas, dejando a la población en situación crítica. Las obras hidráulicas, cruciales para la distribución adecuada del agua, no se han llevado a cabo. En lugar de invertir en una red de distribución de agua potable adecuada, Rosales ha optado por soluciones temporales y costosas como la distribución de agua en pipas, que no resuelve el problema y representa un gasto innecesario para el gobierno.
Otro servicio que se dejó de dar en Fortín fue la recolección de basura, que ahora se realiza con camiones de volteo en vez de compactadores. Los camiones recolectores están diseñados para facilitar el vaciado de los botes de basura, pero los camiones de volteo no son adecuados para esta tarea, lo que obliga a los trabajadores a subir más de dos metros para vaciar los botes.
El hecho es que el alcalde prefiere rentar camiones de volteo a conocidos para beneficiarse económicamente, en vez de utilizar los compactadores adecuados. Esto pone en peligro a los trabajadores, quienes deben pisar la basura con el riesgo de lastimarse, todo porque el alcalde, en lugar de arreglar las unidades, está más interesado en cuidar sus relaciones personales.
Rosales muestra más interés en su relación con la directora de Limpia Pública, con quien tendrá un hijo y planea casarse al terminar su administración, que en resolver los problemas del municipio.