Casi 1.800 millones de adultos en el planeta no realizan ningún tipo de actividad física, lo que aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas como las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes o las enfermedades respiratorias.
Esta alarmante cifra, revelada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que la inactividad física se ha convertido en una “amenaza silenciosa para la salud mundial”.
Las mujeres son las más afectadas: el 34% de ellas no realizan actividad física, frente al 29% de los hombres. Las tasas más altas de inactividad se encuentran en las regiones de Asia-Pacífico de renta alta (48%) y Asia Meridional (45%).
España, por debajo de la media mundial: A pesar de la tendencia global, España se encuentra en una mejor situación, con solo el 25% de la población adulta inactiva.
¿Qué se puede hacer? La OMS recomienda que los adultos realicen al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física vigorosa a la semana.
La falta de actividad física cuesta caro: Si no se toman medidas, en 10 años podrían evitarse 500 millones de nuevos casos de enfermedades no transmisibles, con un ahorro de 300 mil millones de dólares para los sistemas de salud pública.
¿Por qué estamos cada vez más sedentarios? Los expertos señalan como causas principales los cambios en los modelos de trabajo (más sedentarios), los cambios en el medio ambiente y las nuevas formas de ocio (más tiempo frente a pantallas).
Un llamado a la acción: La OMS insta a los países a implementar políticas que promuevan y faciliten la actividad física para reducir el riesgo de enfermedades y mejorar la salud de la población.
¿Qué podemos hacer como individuos?
- Incorporar la actividad física a la rutina diaria: Subir las escaleras en lugar del ascensor, caminar o ir en bicicleta al trabajo, realizar tareas domésticas con más energía, bailar… ¡hay muchas opciones!
- Buscar actividades que resulten agradables: No tiene que ser un deporte extremo, lo importante es encontrar algo que se disfrute y que se pueda mantener a largo plazo.
- Establecer metas realistas: Comenzar con pequeños objetivos y aumentarlos gradualmente a medida que se avanza.
- Buscar apoyo: Unirse a un grupo de ejercicio o contar con el apoyo de amigos o familiares puede ayudar a mantener la motivación.
¡Moverse es vital para la salud! Tomemos medidas para combatir la inactividad física y mejorar nuestro bienestar.