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Nacional.- La dieta básica mexicana se caracteriza por estar acompañada, en su mayoría, de una buena salsa que corone el platillo que se degusta. Ya sea verde o roja, este aderezo está presente en los hogares de México desde hace siglos, sin embargo, con el aumento de los precios de las últimas semanas, la población ha considerado como un “lujo” esta parte fundamental de la cocina tradicional.
El incremento en los precios de los alimentos ha sido causado por varios factores, incluyendo alzas en los precios de los energéticos y los fertilizantes, así como un incremento en la producción de alimentos. Según datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), en estados como Tamaulipas y Veracruz, se han reportado alzas de hasta un 200% en el precio de algunas verduras. Esta situación ha llevado a los consumidores a pagar mucho más por productos esenciales para la alimentación, no solo para aquellos alimentos hechos en casa, sino también los que se consumen en restaurantes y puestos de comida, donde también han ajustado el monto a pagar.
La pobreza es sensible a un aumento en el precio de los alimentos. Por ejemplo, un incremento de 15% en el precio de los alimentos implicaría que aproximadamente 2% de la población pasará a ser pobre alimentaria. Sin embargo, el efecto comportamiento que opera por medio de la capacidad de sustitución de las familias coadyuva a aminorar el efecto del aumento de precios, en particular para los pobres rurales.
La dieta mexicana es conocida por su riqueza gastronómica y variedad de ingredientes. Algunos de los ingredientes más destacados son el chile, el tomate, la cebolla, el ajo y el cilantro. Estos ingredientes se utilizan para preparar salsas frescas y cocidas, como la salsa roja y la salsa verde, que son fundamentales en la cocina mexicana.
La inflación en los precios de los alimentos ha afectado a grandes segmentos de la población en México. Sin embargo, el efecto ha sido proporcionalmente mayor en los sectores más marginados de la población, debido sobre todo a la composición del consumo de las familias de menores ingresos, ya que la proporción del ingreso que destinan a la adquisición de alimentos tiende a ser mayor.
En resumen, el incremento en los precios de los alimentos ha afectado significativamente a la dieta básica mexicana, considerada un “lujo” por muchos consumidores. La pobreza es sensible a un aumento en el precio de los alimentos, y la capacidad de sustitución de las familias puede ayudar a aminorar el efecto del aumento de precios. La dieta mexicana es conocida por su riqueza gastronómica y variedad de ingredientes, pero el aumento en los precios de los alimentos ha llevado a los consumidores a pagar mucho más por productos esenciales para la alimentación.
