El sur de Gaza fue escenario de una explosión devastadora que cobró la vida de ocho soldados israelíes, marcando el ataque más letal contra las fuerzas israelíes en meses, según informó el ejército el sábado.
El incidente ocurrió en medio de una prolongada guerra que ha sumido a la región en un conflicto persistente y ha desencadenado una grave crisis humanitaria. Desde que Israel lanzó una invasión aérea y terrestre en respuesta a un ataque transfronterizo en octubre, las hostilidades han resultado en la muerte de más de 37,000 palestinos, según las autoridades de salud locales.
La explosión del sábado tuvo lugar en Rafah, una ciudad en el sur de Gaza considerada un bastión clave de Hamás. Israel ha mantenido sus operaciones militares en la zona desde principios de mayo, sin indicar cuándo concluirán.
El Ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, expresó su dolor y respeto por los soldados fallecidos, destacando su sacrificio por la seguridad del país. Sin embargo, el conflicto ha dividido a la opinión pública israelí, con manifestaciones masivas exigiendo un alto el fuego y la liberación de rehenes palestinos.
El Presidente Joe Biden presentó recientemente una propuesta de alto el fuego que busca poner fin a los combates y asegurar la liberación de aproximadamente 120 rehenes en Gaza. Aunque la comunidad internacional ha respaldado la iniciativa, tanto Israel como Hamás han expresado reservas, complicando aún más la situación.
Las tensiones continúan en aumento mientras se esperan más protestas y la comunidad internacional sigue presionando por una solución pacífica y humanitaria en medio del conflicto en Gaza.