AGENCIA
Birmania.- La tragedia golpea nuevamente a Birmania, esta vez con un desgarrador saldo de muerte en una ceremonia de boda. Al menos 27 civiles perdieron la vida en un bombardeo aéreo perpetrado por el Ejército en la localidad de Mingin, región de Sagaing, al noroeste del país.
Según reportes de los periódicos locales Irrawaddy y Myanmar Now, un avión militar birmano lanzó tres bombas de 225 kilos cada una sobre la ceremonia, sin importar que en ese momento no hubiera enfrentamientos en la zona. Entre las víctimas se encuentran tres niños y el novio, mientras que más de 30 asistentes resultaron heridos, incluida la novia, una líder local de las Fuerzas de Defensa del Pueblo, grupo armado surgido tras el golpe de Estado de 2021.
Este atroz suceso se suma a otra matanza perpetrada por la junta militar apenas cinco días atrás, cuando soldados birmanos segaron la vida de 53 civiles en la ciudad de Sittwe, estado de Rakaín, al oeste del país. Según relatos de testigos, los militares separaron a hombres y mujeres, interrogaron a los hombres y, sin esperar respuestas, los asesinaron a sangre fría.
El estado de Rakaín se ha convertido en un punto crítico para las fuerzas de la junta militar, que han perdido influencia en varias partes del país frente al avance de las fuerzas rebeldes prodemocráticas y las guerrillas de las minorías étnicas. A pesar de ello, el jefe de la junta, Min Aung Hlang, sigue en el poder, respaldado por un ejército con fuerte capacidad bélica y adquisición de armamento extranjero.
Informes recientes de laboratorios de ideas y el Consejo Especial de Asesoramiento para Birmania (SAC-M) sugieren que la junta militar ha perdido control sobre gran parte del territorio desde 2022, limitando su influencia al 32% de la población. Sin embargo, la violencia indiscriminada contra civiles revela el oscuro panorama que enfrenta el país, sumido en una crisis humanitaria cada vez más profunda.
