AGENCIA
Indonesia.- En una historia que parece extraída de una película con tintes románticos y giros inesperados, un joven indonesio conocido simplemente como AK se convirtió en el protagonista de una situación inusual que comenzó cuando se sumergió en el maravilloso mundo de las redes sociales en busca del amor.
Fue en Instagram donde AK conoció a Adinda Kanza, una encantadora mujer de su misma edad. Su conexión en línea floreció rápidamente, y tras un año de citas virtuales, finalmente dieron el gran paso y se conocieron en persona. Durante todo ese tiempo, Adinda siempre llevaba un niqab musulmán, cubriendo su rostro por completo. AK, asumiendo que era una muestra de respeto por su fe, no pensó mucho en ello y se enamoró de la persona detrás del velo.
De acuerdo con el South China Morning Post, la pareja decidió casarse y optó por una pequeña ceremonia en casa de AK, después de que Adinda le dijera que ya no tenía familia. Sin embargo, AK comenzó a sospechar de su nueva esposa poco después de casarse el 12 de abril, ya que ella evitaba la intimidad diciéndole que estaba en su período o que se sentía mal.
La trama se complicó aún más cuando AK comenzó a investigar sobre su misteriosa esposa y finalmente descubrió que su esposa en realidad era un hombre. Lleno de confusión y asombro, AK decidió buscar a la familia de Adinda, descubriendo entonces que sus padres estaban vivos y que su supuesta “hija” nunca les mencionó nada sobre una relación ni mucho menos un matrimonio.
Resultó que Adinda o mejor dicho ESH, se las ingeniaba para actuar como toda una dama, con una voz y apariencia que no levantaban sospechas. Incluso en las fotos de la boda parecía una mujer genuina. ESH confesó que su matrimonio con AK tenía un objetivo oculto: robar la fortuna de su familia. Ahora enfrenta cargos por fraude que podrían llevarlo tras las rejas durante cuatro años.
La policía también reveló que a ESH le gustaba hacerse pasar por una mujer mientras salía con hombres y que anteriormente había salido con mujeres. Esta historia, que comenzó como un cuento romántico en redes sociales, terminó desenmascarando un fraude elaborado y dejando a AK con un corazón roto y una lección difícil sobre la confianza y el engaño en la era digital.
