Agencias
El helicóptero en el que viajaba el difunto presidente de Irán, Ebrahim Raisi, se incendió poco después de estrellarse contra una montaña, pero no hay indicios de que haya sido atacado, según informaron investigadores militares citados por la prensa estatal.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, encargado de la investigación, señaló que las comunicaciones previas al accidente entre la torre de control y la tripulación no contenían nada sospechoso, y que no se registraron disparos contra la aeronave ni cambios inesperados en su trayectoria de vuelo.
El helicóptero, un viejo Bell, se estrelló en medio de la niebla en una zona remota de montaña en el noroeste del país, causando la muerte de Raisi, el ministro de Exteriores de Irán y otras seis personas. El lugar del siniestro se descubrió al día siguiente y todos los ocupantes fueron encontrados muertos. Raisi fue enterrado en Mashhad el jueves.