En un giro inesperado, Donald Trump ha exigido que Joe Biden se someta a una prueba de drogas antes del próximo debate programado. Durante la cena anual Lincoln Reagan del Partido Republicano en St. Paul, Minnesota, Trump insinuó que Biden había estado bajo los efectos de las drogas durante su discurso sobre el Estado de la Unión en marzo.
“Solo quiero debatir con este tipo, pero ya saben, y por cierto, también voy a exigir una prueba de drogas”, dijo Trump, recibiendo aplausos de la audiencia. “No quiero que llegue como en el Estado de la Unión. Estaba sumamente drogado”, añadió.
Estas declaraciones han generado controversia y especulaciones sobre las estrategias políticas detrás de la solicitud de Trump. Algunos ven esta exigencia como un intento de desacreditar a Biden y sembrar dudas sobre su capacidad para liderar, mientras que otros lo interpretan como un movimiento desesperado para desviar la atención de otros problemas.
El presentador de Fox News, Sean Hannity, apoyó las declaraciones de Trump, apodando a Biden “Jacked-Up Joe” y afirmando que “sonaba como un anciano enojado y con mucha cafeína”.
Los próximos debates entre Trump y Biden serán diferentes a los de campañas anteriores, ya que no se realizarán ante una audiencia de estudio, y el micrófono del candidato que no esté hablando en ese momento será cortado, lo que podría cambiar el tono y la dinámica de los encuentros.
Esta exigencia de Trump sin duda añade un nuevo elemento a la ya intensa campaña presidencial, dejando a muchos preguntándose cuál será la siguiente jugada en este juego político.