En un movimiento sin precedentes, cuarenta y nueve empleados de los Museos Vaticanos han presentado una demanda colectiva ante el gobierno del Vaticano, reclamando mejores condiciones laborales, bajas por enfermedad más justas y compensaciones por horas extra. Este desafío público a la gobernanza del papa Francisco subraya la creciente insatisfacción entre el personal de una de las instituciones culturales más importantes del mundo.
Detalles de la Demanda
La demanda, fechada el 23 de abril y revelada este fin de semana en periódicos italianos, alega que las políticas de reducción de costes implementadas por los museos han puesto en riesgo la salud y la seguridad de los trabajadores. Entre los principales problemas mencionados se encuentran las aglomeraciones de turistas y la reducción del personal de seguridad, lo cual aumenta la carga de trabajo y el estrés de los empleados.
La Respuesta del Vaticano
Hasta el momento, ni el portavoz del Vaticano ni el cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente del gobierno estatal del Vaticano y responsable de los museos, han respondido a las solicitudes de comentarios sobre la demanda. Esto resalta una desconexión entre las preocupaciones de los trabajadores y la administración del Vaticano.
Desafíos Legales en el Vaticano
La demanda colectiva, redactada y firmada por la veterana abogada vaticana Laura Sgro, resalta las incompatibilidades entre las leyes y prácticas del Vaticano y las normas laborales europeas. Los trabajadores del Vaticano, especialmente los ciudadanos italianos, a menudo se encuentran sin recursos legales significativos debido al peculiar sistema judicial de la ciudad-estado, donde el papa Francisco tiene la máxima autoridad.
Reclamos de los Empleados
Los empleados que presentaron la demanda citan las enseñanzas sociales de la Iglesia Católica y las propias peticiones del papa Francisco para que los empleadores respeten la dignidad de los trabajadores. Entre sus reclamos, los trabajadores piden mayor transparencia en las oportunidades de ascenso, la restauración de las primas por antigüedad y el cumplimiento de las normas italianas sobre ausencias por enfermedad.
Próximos Pasos
Según las normas laborales del Vaticano, el cardenal Vérgez tiene 30 días para responder a la demanda. Si no se inician conversaciones, la abogada Sgro puede llevar las quejas a la oficina laboral del Vaticano para intentar una reconciliación negociada, lo cual podría terminar en la corte. No obstante, la oficina laboral del Vaticano a menudo se niega a tramitar estos casos, dejando a los empleados sin muchas opciones.
Posibles Repercusiones
Algunos abogados han indicado que podrían intentar llevar las demandas de los empleados ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, aunque la Santa Sede no es miembro del tribunal ni ha firmado la Convención Europea de Derechos Humanos. Sin embargo, el Vaticano se comprometió a respetar las normas europeas de derechos humanos al unirse a la convención monetaria de la Unión Europea en 2009.
Impacto Financiero y Cultural
Los Museos Vaticanos, una de las principales fuentes de ingresos del Vaticano, han enfrentado desafíos financieros debido a la pandemia de COVID-19. A principios de año, el costo de la entrada completa aumentó a 20 euros (21,50 dólares) desde los 17 euros previos. La demanda colectiva no solo pone en evidencia las tensiones laborales, sino también la necesidad de equilibrar las operaciones financieras con el bienestar de los empleados.
Esta demanda colectiva no solo destaca la lucha por mejores condiciones laborales en una de las instituciones más emblemáticas del mundo, sino que también plantea preguntas importantes sobre la gestión y la responsabilidad del Vaticano en la protección de los derechos de sus trabajadores.
