De la Redacción
El Buen Tono
Región.- La creación de la Guardia Nacional en México fue recibida con la esperanza de mejorar la seguridad en las carreteras, pero lamentablemente, esta esperanza ha sido empañada por una serie de problemas que han convertido su presencia en un verdadero dolor de cabeza para los transportistas.
Desde su implementación, la Guardia Nacional ha sido criticada por adoptar rápidamente las malas prácticas de la extinta Policía Federal, lo que ha generado una sensación de dejavú entre los ciudadanos.
Las tácticas de extorsión y corrupción que alguna vez plagaron a la Policía Federal, parecen haber encontrado un nuevo hogar en la Guardia Nacional, erosionando aún más la confianza en las fuerzas de seguridad del país.
Pero el problema va más allá de la corrupción. A pesar de su presencia en las carreteras, la Guardia Nacional parece incapaz o desinteresada en proporcionar una vigilancia efectiva para prevenir los asaltos.
Los transportistas se enfrentan a un aumento de la violencia y el robo en las carreteras, y la falta de acción por parte de la GN sólo agrava esta situación.
Además, la protección de la mercancía durante accidentes es prácticamente inexistente. Los transportistas se encuentran vulnerables en situaciones de emergencia, donde la Guardia Nacional no ofrece el apoyo necesario para salvaguardar la carga.
Esto no sólo resulta en pérdidas materiales para las empresas de transporte, sino que también pone en peligro la seguridad de los conductores y cualquier otra persona involucrada en el accidente.